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LOS CONSEJOS QUE MILEI NO ESCUCHÓ Y LOS NÚMEROS EN QUE SE APOYA MASSA​

WALTER SCHMIDT

LOS CONSEJOS QUE MILEI NO ESCUCHÓ Y LOS NÚMEROS EN QUE SE APOYA MASSA

 

Unas horas antes del debate presidencial, un miembro de la mesa chica de Javier Milei le envío un mensaje por whatsapp: “Tené presente que Massa es el hilo conductor de todos los escándalos”. Se refería al caso del puntero Julio “Chocolate” Rigau detenido en un cajero automático con 48 tarjetas de débito de supuestos empleados de la Legislatura bonaerense; al affaire de Martín Insaurralde y el yategate; al caso de espionaje ilegal a jueces, empresarios y periodistas que involucra al camporista Fabián “Conu” Rodríguez y a Rodolfo Tailhade. Nada de eso mencionó Milei.

De antemano, los asesores de Milei sabrían que sería difícil sacarlo de su estructura pasional y emotiva, o de su zona de confort que son los temas económicos. En su entorno no relativizaban la importancia del debate pero consideraban que la gran mayoría de la gente ya tiene decidido su voto. “Salvo algún sector del radicalismo histórico”, señalaban.

En los guarismos que maneja el candidato de la Libertad Avanza, contabilizan una diferencia a su favor de entre 3 y 4 y puntos, pese, aclaran, a “2 o 3 puntos que pueden sacarnos” en la fiscalización. Aunque admiten que no vieron venir los 37 puntos obtenidos por el ministro-candidato en la elección.

En el massismo tienen expectativas de vencer, aunque admiten que el margen es muy estrecho. La lectura que hacen, en función de distintas mediciones es que Milei tocó su techo con el apoyo de Macri y Bullrich “y se estancó”, aseguran.

Calculadora en mano, aseguran que quedan unos 10 puntos entre blancos y nulos y en ese lugar puede tener algún efecto el debate de este domingo. “Es marginal, pero son los electores que definen la situación”, argumentan.

Bajo esa presión confrontaron este domingo.

En un debate presidencial es clave saber comunicar, para resaltar una mala gestión si se trata de un opositor como Milei; y agrandar aciertos y ocultar errores si el que habla es un oficialista, como Massa. En casi todo el debate, ocurrió todo al revés.

Una muestra fue el bloque económico, que debió haber sido el punto alto del libertario por su expertise y la pésima situación económica con una inflación interanual del 145%. Pero Milei terminó rindiéndole cuentas al ministro-candidato que utilizó la fórmula de preguntar “por sí o por no” si iba a eliminar los subsidios, cerrar el Banco Central, privatizar Vaca Muerta o dolarizar la economía.

El libertario se había ajustado en un primer momento al libreto acusándolo a Massa de “mentir” recurrentemente y de ser parte de “un gobierno de delincuentes”. Pero fue quedando atrapado en el juego del tigrense que siempre buscó subrayar las contradicciones en las que entró Milei en el último tiempo, cuando debió bajar su tono confrontativo y diluir algunas definiciones polémicas.

Milei tuvo momentos de crítica efectiva, sobre todo al hablar de variables económicas. Pero siempre quien manejó los temas y los tiempos fue Massa.

De cara al balotaje del próximo domingo, el círculo chico de Milei valora el aporte de Mauricio Macri y de Patricia Bullrich porque despejan de alguna manera las dudas sobre la gobernabilidad, en caso de que Milei llegue a la presidencia, sin un solo gobernador propio y con muy pocos diputados y senadores nacionales puros de La Libertad Avanza.

En los últimos cuatro días de campaña que comienzan este lunes, Milei tendrá actos en Rosario, el Conurbano bonaerense y cerrará en Córdoba, una de las provincias más esquivas para el candidato oficialista.

En el massismo, organizaron para el último tramo actividades relacionadas con “distritos donde podemos sumar por territorio, y segmentos electorales para hablarle a los grupos en disputa”.

A una semana del balotaje, Massa y Milei se enfrentarán a un electorado muy particular, quizás como nunca antes. El 22% que directamente no votó, y un 23% que eligió a la candidata de Juntos por el Cambio Patricia Bullrich, deberán sufragar por otro. O directamente no votar ya que en la segunda vuelta solo cuentan los votos afirmativos.

Es decir que un 45% del electorado estará entre no votar u optar por el voto útil. Los primeros deberían pagar una multa de entre $50 y $500, equivalente al precio de un alfajor. Qué poco vale la obligación de votar.

Los otros sufragarán sin convicciones, resignados, por la opción menos mala. La duda es cuánto incidirá el debate de este domingo en el voto de ese 45%. Si incide, Milei, pese a sumar a Macri y Bullrich y varios dirigentes del PRO, habrá perdido una chance que puede ser determinante. Si no incide, la moneda todavía estará en el aire.

 

Este artículo se publicó originalmente en diario Clarín, de Argentina. Se replica aquí con su autorización.

 

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