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INDIA SE PREPARA PARA COMPETIR CON CHINA COMO LA ‘FÁBRICA DEL MUNDO’​

Imagen referencial de un semiconductor. / Foto: Freepik

INDIA SE PREPARA PARA COMPETIR CON CHINA COMO LA ‘FÁBRICA DEL MUNDO’

Por Pedro Fernaud / Escudo digital

India es conocida a escala planetaria por su diversidad cultural, que se refleja en sus festivales y tradiciones milenarias. Es también el lugar en el que se creó el yoga y antiguas prácticas espirituales como el Ayurveda, que aportan armonía y bienestar a los millones de personas que las practican. Sin embargo, esa mirada hacia el pasado no descuida un acercamiento activo a lo que está por venir, y buena prueba de ellos es Make in India, una ambiciosa iniciativa del gobierno indio que promueve la fabricación y producción nacional para impulsar el crecimiento económico.

Iniciada en 2014, esta iniciativa busca atraer inversiones extranjeras y fomentar la creación de empleo mediante la mejora del entorno empresarial. El programa se centra en sectores clave como manufactura, infraestructura y tecnología, con el objetivo de fortalecer la posición de India como centro de manufacturación global, posición en la que quiere erigirse en un serio competidor de China como ‘fábrica mundial’, una vertiente en la que las capacidades indias para la digitalización y el ámbito de los semiconductores, así como la alta cualificación científica de sus trabajadores, el elevado manejo del inglés (idioma oficial del país junto al hindi) y los salarios competitivos de su mano de obra lo consolidan como un destino muy apetecible para que las grandes empresas tecnológicas, como Google y Microsoft, radiquen allí algunos importantes centros de producción.

También es muy importante el papel que puede jugar la India como centro neurálgico alternativo a Taiwán, en permanente amenaza de una posible invasión china, como principal fabricante a escala planetaria de los semiconductores. En definitiva, a través de políticas y reformas, Make in India aspira a transformar el país en un destino favorable para la producción y el desarrollo industrial.

CLAVES DEL DESARROLLO ECONÓMICO DE LA INDIA DURANTE LOS SIGLOS XX Y XXI

Conviene contextualizar cómo ha sido el desarrollo económico del país durante el siglo pasado y actual para comprender los ejes que vertebran las raíces socioeconómicas sobre las que se está edificando el plan Make in India.

A lo largo del siglo XX, India vivió cambios económicos notables. Durante los años 50 y 60, Jawaharlal Nehru implementó el Plan Quinquenal para el Desarrollo Económico, con el que pretendía la industrialización del país a través de la propiedad pública. En 1991, las reformas de liberalización, privatización y globalización (LPG) lideradas por Narasimha Rao y Manmohan Singh abrieron la economía al mercado global. En ese contexto, Indira Gandhi desempeñó un papel crucial en la reducción de la pobreza mediante el Programa de Desarrollo Comunitario. En décadas recientes la India ha consolidado su posición como una de las economías de más rápido crecimiento, bajo el liderazgo gubernamental de Atal Bihari Vajpayee y Narendra Modi. Iniciativas como Make in India y Digital India han diversificado y estimulado el crecimiento económico, abordando desafíos persistentes en esta gigantesca nación como la desigualdad y la pobreza.

EL DÍA QUE INDIA ‘BIRLÓ’ LA CONDICIÓN DEL PAÍS MÁS POBLADO DEL MUNDO A CHINA

Hablamos también del país más poblado del mundo, condición que ostenta desde el 24 de abril de 2023, cuando India superó a China como el país con mayor capital demográfico. Una distancia que poco a poco se hace más evidente. De acuerdo con las cifras que maneja el World Population Review, en julio del pasado 2023 India superaba por tres millones a la población de China. Los expertos estiman que la población china decrecerá de forma constante en los próximos decenios, hasta aterrizar en los 800 millones de habitantes para finales de este siglo XXI  (en la actualidad, el Gigante Asiático cobija 1.411.750.000 personas). Entretanto, India llegará a los 1.700 millones de habitantes en el año 2060 y cerrará el siglo con unos 1.500 millones de habitantes. Dicho de otra manera: para finales del siglo XXI la población de la India prácticamente duplicará la de China, como apuntan en VisualPolitiks.

Para China, este debilitamiento demográfico en el corto y medio plazo representa un formidable desafío, que, entre otras medidas, ha provocado que el mismísimo presidente del Titrán Asiático, Xi Jinping, haya arengado a las mujeres de su nación para que incrementen sus índices de natalidad, como ya explicábamos en Escudo Digital en un reportaje en el que se dimensionan las claves de lo que representaría un invierno demográfico para esta nación, así como las bazas que China está jugando para reconducir esa tendencia. El reto del que hablamos es colosal. Un dato ilustra esa dirección: en 2050 habrá 700 millones de trabajadores en China, lo que representa 200 millones menos de la gente que laboraba en 2011. Para colmo de encrucijadas, los 700 millones de trabajadores chinos activos en 2050 tendrán que generar recursos para pagar las pensiones de los 500 millones de ciudadanos chinos mayores de 60 años, lo que supone 300 millones más de personas en esa franja de edad que las que en la actualidad existen en ese rango generacional.

MAKE IN INDIA: FACTOR DE DESARROLLO EXPONENCIAL DE LA INDIA

El programa Make in India ha sido fundamental para fomentar la manufactura y atraer inversión extranjera directa al país. El ambicioso plan del Narendra Modi propone modernizar el país a través de la construcción de infraestructura, la eliminación de las trabas burocráticas y la creación de un mejor ambiente de negocios, sustentado en reglas claras y mayor transparencia.

Según los expertos, esta iniciativa ha contribuido significativamente al crecimiento económico al facilitar un entorno empresarial más amigable, simplificar los procesos burocráticos y promover la creación de empleo. Además, se ha centrado en sectores clave como la tecnología, la automoción, la electrónica y la infraestructura, buscando convertir a India en un centro de producción global, algo así como la nueva gran fábrica a escala mundial, condición con la que quiere rivalizar con China.lg.php.gif

Un ejemplo muy ilustrativo del potencial productor de la India lo encontramos en el sector de los semiconductores, ámbito en el que este país podría convertirse en la tierra prometida de estos componentes esenciales en la tecnología moderna. Entre los factores que favorecen una posición ventajosa de India para el desarrollo exponencial de los semiconductores destacan un gran mercado interno, amplio conocimiento del inglés, una mano de obra relativamente barata y una de las mayores canteras del mundo de licenciados en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas.

En comparación con China, India ofrece ventajas competitivas en términos de costes laborales, un mercado interno en expansión y una fuerza laboral joven y capacitada. Aunque China ha sido un gigante manufacturero durante décadas, las tensiones comerciales globales y la búsqueda de diversificación han llevado a muchas empresas a considerar a la India como un destino atractivo para establecer sus operaciones de fabricación. 

Según el análisis de Sergio Melitón Carrasco para la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, una de las bazas más importantes del plan Make in India ha sido la posibilidad de crear una empresa en menos de 24 horas, avance logrado a través de la sistematización de este proceso en línea. “Se puede hacer, deshacer, comprar y tramitar todo en un sistema rápido, eficiente y sencillo desde cualquier parte del planeta en un inglés básico; esto lo hace ser el mejor lugar angloparlante para instalar un negocio. Por ejemplo, un negocio puede funcionar en Canadá, pero si el centro neurálgico está en la India, funciona mejor. Esto ha llevado a que empresas como el Banco Santander tenga en Mumbay todas sus oficinas centrales, porque de ahí maneja todos sus sistemas informáticos mejor que en España”.

En su intento por desafiar la supremacía manufacturera de China, este programa se ha convertido en un polo de atracción para diversas empresas, como Intex, Foxconn, y Samsung, que han trasladado parte de su producción al país. Aunque el coste laboral en India es comparable al de China, la ventaja radica en la calidad y en la capacidad de adaptación de los diseños. Empresas como Huawei también han anunciado inversiones significativas en India, mientras que la agencia Fitch destaca el crecimiento económico de India, que supera en la actualidad al de China. Sin embargo, los críticos de este plan esgrimen que el programa podría incrementar la brecha entre ricos y pobres y erosionar los derechos laborales.

CÓMO ESTÁ MODELANDO INDIA SU AMBICIOSO PLAN DE INFRAESTRUCTURAS

Para vertebrar Make in India, la nación de Mahatma Gandhi está llevando a cabo un ambicioso programa de desarrollo de infraestructuras, que se sintetiza en la capacidad de construir 100 kilómetros de carreteras en tan solo 100 horas. El ministro de Transportes por Carretera, Nitin Gadkari, ha valorado este logro como una «hazaña notable» que hace historia.

La velocidad de construcción de carreteras no es nueva para la India, ya que en el pasado ha establecido récords mundiales, como la construcción de una carretera de hormigón de 2,5 km y cuatro carriles en 24 horas. Este rápido progreso forma parte de un esfuerzo más amplio para mejorar la conectividad en el país, con estimaciones que sugieren que la red de carreteras nacionales alcanzará los 180.000 kilómetros en dos años, como parte del programa Bharatmala Pariyojana. Además, India también ha ampliado significativamente su red ferroviaria, con planes para sumar 120.000 kilómetros para el año 2025, incluyendo la construcción del puente ferroviario más alto del mundo, a 359 metros de altura.

VISIÓN DE MODI PARA EL FUTURO

Como recoge el periódico The Hindu, la visión del primer ministro Modi para el futuro de India va más allá de la prosperidad económica, abarcando un compromiso con la inclusión social, la sostenibilidad ambiental y el avance tecnológico, sin perder de vista la aspiración de lograr, en el medio plazo, el liderazgo global de la industria de los semiconductores. Dicho con las palabras del primer ministro indio: “Tenemos un grupo excepcional de talentos en el diseño de semiconductores. Este representa hasta el 20% de los ingenieros de diseño de semiconductores del mundo. Casi la totalidad de las 25 principales empresas de diseño de semiconductores tienen sus centros de diseño o I+D en nuestro país”. Según Deloitte, se espera que el mercado de semiconductores de India supere los 55.000 millones de dólares en 2026.

En este contexto, India emerge como destino preferente para las grandes empresas tecnológicas, respaldado por su robusta capacidad económica, industrial y técnica, de ahí los planes de expansión en este país de Apple, Amazon, Google y Microsoft. En esa dirección, la compañía estadounidense Micron Technology contribuirá significativamente a este desarrollo al inaugurar una planta de última generación en la India en 2024. Simultáneamente a todo lo relatado, India está construyendo una infraestructura digital para conectar a más de 1.300 millones de sus ciudadanos. Además, el plan Make in India implementará Internet a seiscientas mil aldeas, con inversiones en banda ancha.

¿El reverso de esta tierra de prosperidad que está guiando Modi? De acuerdo con los datos y el relato de Amnistía Internacional, el gobierno indio “ha reprimido, selectiva y ferozmente a las minorías religiosas, mientras que dirigentes de la esfera política y autoridades públicas han hecho, con frecuencia y de manera explícita, apología del odio hacia esas minorías con impunidad”.

Una noticia reciente ilustra esa tendencia. A finales de enero de este 2024, el primer ministro indio, Narendra Modi, inauguró un enorme templo hindú en Ayodhya, norte de la India, considerado un hito en sus aspiraciones nacionalistas hindúes antes de las elecciones. La construcción del Ram Janmabhoomi Mandir, dedicado a Rama, tras más de 30 años de planificación, se ve como la realización del sueño de Modi de una «nueva India» hindú. Sin embargo, este hecho contribuye al resurgimiento de tensiones religiosas y evoca la demolición de una mezquita en 1992. Modi, que aspira a su tercer mandato en este 2024, ha sido criticado por «militarizar» la fe hindú para beneficio político. Hasta el punto de que es acusado de alejarse del espíritu integrador de los fundadores de la India moderna, gobernando en favor de la mayoría hindú y excluyendo a los cerca de 200 millones de musulmanes que integran la población de este coloso asiático.

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Este artículo se publicó originalmente en Escudo digital, con cuya autorización reproducimos aquí.

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