LA EXTREMA DERECHA SUPERA EL MILLÓN DE VOTOS EN PORTUGAL
Por Pedro Araújo, editor en jefe del Jornal de Notícias
El Partido Socialista (PS) de Portugal perdió la mayoría absoluta tras ocho años en el poder y reconoció la victoria, aunque tangencial, de la Alianza Democrática (AD), una coalición formada por los socialdemócratas del PSD, los centristas del CDS, de inspiración democristiana, y los monárquicos del PPM. La gran sorpresa fue el resultado de un partido de extrema derecha que no apareció en la escena política portuguesa hasta 2019. Más de un millón de portugueses votaron a Chega en las legislativas de 2024. El país está dividido en tres: la izquierda moderada del PS, la derecha centrista de AD y el populismo de derechas representado por Chega.
Luís Montenegro, líder del PSD y de la coalición AD, aceptó la victoria y prometió un intenso diálogo con otras fuerzas políticas. Una alianza con Chega les daría la mayoría absoluta, pero este escenario siempre ha sido rechazado por los socialdemócratas, a pesar de la voluntad expresada casi a diario por André Ventura, líder de esta formación extremista. El propio presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, ya había insinuado en varias ocasiones, de forma indirecta y discreta, que nunca juraría un ejecutivo que incluyera a Chega. Solo falta que AD, que es en sí misma una coalición de partidos, se alíe con Iniciativa Liberal (IL), lo que solo añadiría ocho diputados a los 79 que ya ha conseguido en las urnas, un número insuficiente para garantizar la estabilidad en el Parlamento.
Resultados definitivos aún sin la distribución de los cuatro eurodiputados elegidos por circunscripciones europeas y no europeas:
AD: 29,49%; 79 diputados
PS: 28,63%; 77 diputados
Chega: 18,06%; 48 diputados
Iniciativa Liberal: 5,08%; 8 diputados
Bloco de Esquerda: 4,46%; 5 diputados
CDU: 3,30%; 4 diputados
Livre: 3,26%; 4 diputados
PAN: 1,63; 1 diputado
Aunque aún quedan por elegir cuatro diputados procedentes de circunscripciones de fuera de Portugal, Pedro Nuno Santos, el recién elegido líder del PS, prefirió no esperar una semana para reconocer la derrota, ya que la mayoría de los votantes emigrantes tienden a votar más a la derecha. En el escenario actual, la escasa ventaja de dos diputados conseguida por AD en el país podría, en teoría, ser superada con estos votos del extranjero, pero la probabilidad de que esto ocurra es prácticamente nula. Pedro Nuno Santos decidió enterrar el asunto y asumir el liderazgo de la oposición.
La abstención se situó en el 34%, la cifra más baja en 19 años. Sin embargo, esta participación adicional de los portugueses en la elección del futuro gobierno acabó premiando al tercer partido, Chega, y a algunas de las formaciones políticas más pequeñas. Livre, partido de la izquierda europeísta y ecologista, pasó de tener un diputado electo en 2022 a cuatro, igualando a los comunistas representados por la coalición CDU (PCP y una agrupación ecologista), que perdió cerca de 35.000 votos en el espacio de dos años. El Bloque de Izquierda (BE), partido que, junto con los comunistas, fue esencial para mantener a los socialistas en el poder entre 2015 y 2019 (Gobierno en minoría), se mantuvo (el resultado electoral disminuyó 0,1 puntos porcentuales respecto a 2022).
A medio y largo plazo, la pregunta más curiosa concierne a Chega. ¿Aprobará los Presupuestos Generales del Estado para 2025? ¿Presentará mociones de censura contra un Gobierno de AD que se obstina en cerrar la puerta a cualquier tipo de entendimiento, aunque sea parlamentario? Los 48 diputados elegidos por la extrema derecha van a hacer mucho ruido en la escena política portuguesa. A falta de cuadros políticos creíbles, el partido de André Ventura ha atraído a antiguos diputados de otros partidos, especialmente del PSD. Sin embargo, este reclutamiento acelerado tras la disolución de la Asamblea de la República a principios de año no ha bastado para compensar la escasa calidad de sus militantes y simpatizantes.
El partido de André Ventura no nació hasta 2019 y puede que estemos asistiendo a su máximo crecimiento. Chega supo capitalizar el descontento portugués con la austeridad impuesta por la troika tras la inminente quiebra en 2011. Las medidas tomadas hasta 2014 causaron algunos daños y traumas que han perdurado en el tiempo. Después y hasta la actualidad, los casos de corrupción que afectaron a los partidos tradicionales (PS y PSD) crearon el ambiente ideal para que surgiera un partido de extrema derecha. El último gobierno cayó precisamente por las sospechas de corrupción entre altos cargos socialistas.
En la noche electoral, António Costa, todavía líder del gobierno socialista que perdió la mayoría absoluta y pasará a la oposición, planteó una pregunta interesante: ¿cuántos de los votos de Chega fueron el resultado de un cambio estructural en la sociedad portuguesa y cuántos estuvieron motivados por un sentimiento de revuelta y protesta contra el PS? ¿Han inflado las malas políticas y los casos de presunta corrupción el voto a la extrema derecha?
André Ventura, entusiasmado con la votación, llegó a decir que ninguna tercera fuerza política en Portugal había logrado nunca este crecimiento. De 12 diputados ha pasado a 48. Sin embargo, la historia de la democracia portuguesa muestra que el Partido de Renovación Democrática (PRD), creado en 1985, pasó de cero a 45 diputados ese mismo año, logrando más de un millón de votos, al igual que Chega en 2024. En 1991 ya estaba fuera del Parlamento y fue abolido a principios de la década siguiente. El PRD nació en torno a los simpatizantes de Ramalho Eanes, que fue Presidente de la República entre 1976 y 1986, y que pasó a liderar el partido en 1987. Eanes, político de izquierda moderada, no se parecía en nada a André Ventura, ni en personalidad ni en ideología. Sin embargo, el PRD nació precisamente como protesta contra las políticas de austeridad impuestas por un insólito gobierno de bloque central PS-PSD (1983-1985), y resultó ser un fenómeno efímero.
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