EditoRed

ASOCIACIÓN DE EDITORES DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE LA UE Y AMÉRICA LATINA

ENTRE LOS GIROS A LA IZQUIERDA Y A LA DERECHA, ¿AMÉRICA LATINA Y EUROPA SE PUEDEN ENCONTRAR?​

Sentados, de izquierda a derecha, Ramón Jáuregui, director de la Fundación Euroamérica, y Carlos R. Roberts, Prosecretario de Redacción de La Nación, de Argentina. En la pantalla, Adrián Bonilla, director ejecutivo de la Fundación EU-LAC. / Foto: Canal Europa

ENTRE LOS GIROS A LA IZQUIERDA Y A LA DERECHA, ¿AMÉRICA LATINA Y EUROPA SE PUEDEN ENCONTRAR?

América Latina y Europa están intentando encontrarse. Pero, ¿cuánto influye en esa meta, positiva o negativamente, la tendencia política de los gobiernos de los países de cada región? Los giros a la izquierda o a la derecha en las naciones, ¿pueden o no ser un obstáculo para la consecución de proyectos y posiciones comunes?

Para responder estas preguntas, el VII Congreso de Editores de Medios de la Unión Europea, América Latina y Caribe, EditoRed, invitó a dos expertos: Adriana Bonilla, director ejecutivo de la Fundación EU-LAC, y Ramón Jáuregui, director de la Fundación Euroamérica.

Ellos participaron en el panel ¿Hacia dónde giran políticamente América Latina y Europa?, que fue moderado por Carlos Roberts, Prosecretario general de Redación del diario La Nación de Argentina. 

El encuentro se desarrolló el 19 de marzo, en las instalaciones del Senado de España, en Madrid. Un resumen de la jornada lo puede ver en este video de Canal Europa.

¿HACIA DÓNDE GIRA AMÉRICA LATINA?

En América Latina y el Caribe, en principio, hay 12 países gobernados por políticos de izquierda o centroizquierda. En principio, los de derecha o centroderecha están al mando de ocho países.

Sí, “en principio”, porque, según afirmó Adriana Bonilla, en realidad, las agendas de cada país, incluso los que tienen gobiernos de la misma tendencia, no son iguales. En el fondo, no hay un proyecto de izquierda y otro de derecha que se estén disputando la región.

Bonilla aseguró que, por ejemplo, la agenda económica de Chile no es la misma de Brasil, ni la de Venezuela converge con la de México o Colombia, pese a que todos tienen gobiernos de izquierda. Lo mismo pasa con los de derecha: Argentina no tiene el mismo proyecto que Uruguay, El Salvador o Panamá.

“En América Latina, la identificación con una tendencia no implica que se producirán políticas internacionales similares”, fue la conclusión de Bonilla.

Y la explicación de por qué ocurre eso no está en la política, en la fortaleza o la debilidad ideológica de los gobernantes, sino en la economía de los países.

En general, explica Bonilla, los países latinoamericanos son economías que en el mercado mundial ofrecen productos que compiten entre sí, y que mayoritariamente son bienes primarios agrícolas. A excepción, quizá de México, que tiene una mayor industrialización por sus vínculos con su vecino EE.UU.

El problema es que, desde el 2012, la región se ha mantenido en recesión. El valor de las exportaciones ha disminuido. El ansiado desarrollo no se consolida.

Puede decirse que en América Latina las elecciones no las ganan ni la izquierda ni la derecha: las gana la insatisfacción, que es sostenida por la crisis económica de la que la región no logra salir. Bonilla hace notar que en las últimas elecciones latinoamericanas (al menos donde se pueden ejercer democráticamente) han ganado, en general, las oposiciones. 

¿HACIA DÓNDE GIRA EUROPA?

En Europa ocurre algo muy diferente. Los países gobernados por la derecha liberal o izquierda socialdemócrata lograron consolidar un proyecto común, tanto político como económico: la Unión Europea. Al menos hasta ahora.

Porque, como explicó Ramón Jáuregui, en el bloque europeo hay una tendencia antieurpoea que crece de la mano de partidos nacionalistas de ultraderecha. Son partidos que se asientan en la idea de que la Unión no cumple con su cometido y que a cada país le vendría mejor ir por su cuenta.

Hay expresiones de ese tipo en Francia, Italia, Polonia, Hungría, Países Bajos… el Reino Unido, de hecho, dejó la comunidad.

Las próximas elecciones al Parlamento Europeo (del 6 al 9 de junio), y de las que se desprenderá la dirección de la Comisión Europea, mostrarán cuán fuerte es esa tendencia antieuropea.

Jáuregui pronostica que las fuerzas liberales, socialdemócratas y “verdes” darán la mayoría absoluta en el Parlamento, lo que permitiría seguir reforzando el proyecto europeo.

“La Unión Europea es un proyecto extraordinario, de una organización supranacional que ya tien 70 años con resultados positivos”, aseguró Jáuregui. Europa se ha construido, dijo, sobre la regla de Jean Monnet. Él dijo: «Siempre he pensado que Europa se formaría en las crisis, y que sería la suma de las soluciones que aportáramos a esas crisis».

Ciertamente, ante las serias dificultades que se le han ido presentando, la Unión, formada ya por 27 países, ha logrado sostenerse y avanzar. Así pasó con crisis recientes como la del Brexit y la del Covid. Ahora enfrentan una grave con la guerra entre Rusia y Ucrania y las complicaciones para la dotación de energía eléctrica y para la seguridad de toda la zona que tal conflicto ha supuesto.

Todo eso es parte del gran reto actual de la Unión: la autonomía estratégica, que implica ser menos dependientes en cuanto a la defensa, a la provisión de energía, a la provisión de alimentos. Otros grandes temas actuales de Europa son la transición verde y la regulación digital.

Para todo ello requiere seguir manteniendo su singular integración. Y también requiere sumar socios. Y ha puesto especial interés en uno: América Latina. El gran problema es que, como vimos, la integración latinoamericana sigue siendo un sueño.

ALCANCES Y LÍMITES DE LA CELAC

La única organización donde convergen los países de América Latina y el Caribe, por ahora, es la CELAC. Hay otros organismos subrregionales, como Mercosur, la Comunidad Andina, Caricom. Otros han perdido su peso, como Unasur o el ALBA.

Pero si bien reúne a todos los países, la CELAC no es un mecanismo de integración económica (como la Unión Europea) sino de diálogo político, explicó Adrián Bonilla. No pude expedir normas supranacionales (como la Unión Europea), solo puede generar declaraciones sobre temas de interés común.

De todos modos, como bloque, el mayor contacto de la CELAC es con la Unión Europea, con la que retomó las cumbres presidenciales el año pasado y hasta se fijó el compromiso de mantenerlas cada dos años.

Esa relación entre dos grandes bloques, consideró Bonilla, ayuda a construir la idea de la existencia de una comunidad política de América Latina y el Caribe, porque hay una contraparte que la reconoce. Sin embargo, el inconveniente principal es que la intergración, al final, implica tener instituciones que la operativicen “y en América Latina eso no existe”, puntualizó Bonilla.

Jáuregui reconoció que, por ejemplo, el hecho de que en América Latina no haya un vocero único, como sí lo tiene la Unión Europea, dificulta la concreción de los acuerdos alcanzados en la Cumbre del 2024. Aún así, sostuvo que es imperioso avanzar en la integración, más allá de si las economías latinoamericanas sean o no complementarias entre sí.

TEMAS COMUNES

Una manera de vincular a los países puede darse alrededor de los temas comunes. En la Cumbre CELAC-UE se vio que entre los más importantes están el ambiental, la vigencia del derecho internacional, apoyo al desarrollo, energía. Lo comercial se ha manejado de manera bilateral, y una de las negoaciones más importantes en ese campo, la del Mercosur, no ha logrado cerrase todavía.

También se han presentado disensos que se explican por las relaciones que cada país tiene con sus socios extrarregionales. Hay diferencia de posiciones en América Latina sobre los temas de la guerra entre Rusia y Ucrania, la guerra entre Israel y Hamás, la situación de Palestina, hay diversa valoración sobre EE.UU. y la emergencia de China como el nuevo gran jugador del tablero mundial.

A propósito, China es la economía externa con mayor presencia en Latinoamérica, lograda a través de acuerdos bilaterales para inversión en infraestructura y comercio. Esa presencia es superior, en términos económicos, a la de la Unión Europea (pese a que se ha incrementado) y a la de EE.UU.

SOBRE EL CONGRESO DE EDITORES

El VII Congreso de Editores de Medios de la Unión Europea, América Latina y Caribe es un evento organizado por Grupo Prestomedia que cuenta con el apoyo de EditoRed, la Comisión y el Parlamento Europeo, de Telefónica, Iberia y la Comunidad de Madrid, así como con la colaboración de la Universidad Rey Juan Carlos, Turismo de Galicia y la Casa de América, y con Prensamedia como partner editorial.

Este año, el tema general del Congreso fue: “La calidad de la información y la credibilidad de los medios de comunicación, garantías para la democracia”. El encuentro tuvo lugar el 18 y 19 de marzo de 2024 en Madrid, España, y el 20 y 21 de marzo en Bruselas, Bélgica.  

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