CHINA AMPLIFICA SU INFLUENCIA MUNDIAL CON LA PRESENCIA EN ÁFRICA​

Publicado en Escudo Digital ( España)

África se ha convertido en el escenario donde las grandes potencias escenifican sus guerras de influencia tratando de obtener el mayor beneficio posible. Hace unas semanas, en la Cumbre China-África , el presidente Xi Jinping anunció que China asignaría 50.000 millones de dólares en 3 años al continente africano para promover su desarrollo.

Rusia y China se aprovechan de la debilidad de la actual Administración estadounidense en asuntos exteriores y marcan a África como su región de influencia. En el ámbito económico, China, desde mediados de la década de 1990, mostró rápidamente su interés en el continente africano como fuente de materias primas y energía, de la que su economía se ha convertido en el mayor consumidor del mundo. Desde 2010, China se ha convertido en el mayor socio comercial  y el principal inversor extranjero de África.

Sin embargo, esta relación es asimétrica. Las inversiones han permitido liberarse a África del colonialismo, pero no es una prioridad china sino una ruta porque la importancia para China la representa Europa. China ha sabido diversificar proveedores a nivel mundial de forma que no tiene que depender de África, pero África si tiene que depender de China.

Para China resulta destacado el control de los principales puertos africanos, pues son la puerta de entrada de los productos manufacturados chinos y la puerta de salida de las materias primas que requieren.

En cuanto a la defensa, China está expandiendo su compromiso militar y de seguridad en África Occidental, con el conglomerado Norinco. Ha abierto oficinas de ventas en Dakar, Senegal, desafiando a los proveedores de armas franceses y rusos. Y en distintos países del Sahel y del Golfo de Guinea.

En el ambito estratégico la base naval de China en Yibuti operativa y capaz de apoyar misiones en la región del Océano Índico es fundamental para China porque abre las puertas al estrecho de Bab-el-Mandeb, centro neurálgico del comercio mundial, que ofrece un acceso estratégico a la zona del Indo-Pacífico.

Igualmente hace tiempo que China busca construir una base militar en Guinea Ecuatorial, que sería su segunda instalación de este tipo en África y la primera en el Océano Atlántico lo que sería una amenaza para EE.UU.

Si China establece una base naval en la costa atlántica de África, además de su base naval del corredor del Mar Rojo en Yibuti, una base en la costa del norte de África se convertiría en la pieza del rompecabezas que falta en Beijing para el establecimiento de líneas marítimas chinas de comunicación desde el Canal de Suez hasta el Estrecho de Gibraltar. En este sentido China y Rusia avanzan en África mientras EE.UU., Europa y la OTAN se van retirando poco a poco.

Actualmente China tiene Embajadas en 50 países africanos, por lo que también participa ademas de con su propia seguridad estatal con empresas de seguridad privada chinas que funcionan como un suplemento a la seguridad estatal china en África, pero sin interferir en los asuntos internos de cada pais.

África es ahora un continente donde compiten por la explotación y control de los recursos naturales las principales potencias y donde parece que Europa ha quedado relegada y necesita urgentemente establecer corredores comerciales. Mientras tanto, China, Rusia, Turquía y los Países del Golfo han ampliado y controlado sus inversiones.

El continente se configura como el gran escenario de la lucha entre China, Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea (UE). Si Estados Unidos y la UE no actúan conjuntamente, China los superará a través del soft power y teniendo en cuenta ademas de que no exista una alianza entre Rusia y China.

El único punto débil de China radica en que no tiene una Armada lo suficientemente grande como para proteger estos puertos o su carga en África: depende de la protección naval de EE.UU. para transportar mercancías por todo el mundo por lo que si las relaciones se enfrían, China tendrá un gran problema.

China ha llegado a África para quedarse y en la medida que sale Occidente del continente, Beijing ocupa su lugar y ejerce su soft power como parte de la gran estrategia de expandir su influencia y convertirse en la principal potencia mundial.

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PILAR RANGEL es experta en temas sobre Terrorismo Internacional y en la lucha contra Daesh

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