GRUPO SOLE24ORE ADOPTA UN CÓDIGO ÉTICO DE AUTODISCIPLINA PARA LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Por Rita Fatiguso / Il Sole 24 Ore (Italia)
La primavera pasada, Europa allanó el camino para la regulación de la inteligencia artificial con una ley que actualmente está en proceso de mayor regulación y aplicación concreta.
La aplicación de herramientas de inteligencia artificial a la información, un tema complejo y en constante evolución, necesita una dosis extra de coraje.
LA FILOSOFÍA SUBYACENTE
En Italia, el Grupo Sole24ore, que publica el primer periódico económico y financiero del país, ha adoptado recientemente un código de referencia de autodisciplina para la aplicación ética de la Inteligencia Artificial que, tras ser presentado por los departamentos de recursos humanos y de innovación, fue compartido por periodistas que lo están viviendo en la realidad de su trabajo diario.
Dividido en seis puntos clave, el Código es la culminación de contribuciones de colegas periodistas, pero también de otros campos profesionales corporativos.
La idea básica es que el uso de herramientas innovadoras debe, en primer lugar, necesariamente alinearse, en las diferentes fases de implementación y uso, con los valores fundamentales adoptados por un grupo que opera sobre la base de un Código de Ética. Quizás también por esta razón, Il Sole24ore se encuentra entre las primeras empresas de medios a nivel internacional en avanzar en una dirección que aúna innovación, factor humano y valores éticos.
INFORMACIÓN DE CALIDAD
Una premisa, mientras tanto. La Inteligencia Artificial (IA) se ve como una oportunidad para el uso de herramientas y tecnologías capaces de promover la calidad del trabajo, la producción de contenidos y la difusión de sus medios de forma generalizada y también oportunidades de negocio. En efecto, entre los objetivos principales se encuentra la necesidad de proteger la calidad de la información, la integridad de la profesión periodística y, en general, todas las competencias profesionales del Grupo. El código pretende ser una referencia de principios para el uso responsable, ético y consciente de la IA para apoyar el periodismo humano y los servicios profesionales avanzados.
Respeto a la privacidad, gestión eficaz de los datos personales, protección de los derechos de autor y de propiedad intelectual del Grupo o de terceros son imperativos. Así como la garantía de la procedencia y fiabilidad de los datos.
El Código exige asegurarse siempre de la exactitud, integridad y relevancia de los datos. Y de que todos esos datos provengan de fuentes confiables y verificadas, maximizando la transparencia del origen. También prevé actividades de revisión periódica de los conjuntos de datos para garantizar su actualidad, integridad y relevancia.
LA PROTECCIÓN DE LOS RECURSOS HUMANOS
El Código subraya que es necesario asegurar la centralidad del papel humano y profesional esencial en el proceso de desarrollo y adopción de la IA, para garantizar que las decisiones estén fundamentadas éticamente y alineadas con los valores del Grupo. En relación con los contenidos periodísticos del Grupo, serán diseñados y verificados por periodistas. En este contexto, la IA se utilizará exclusivamente como apoyo a la actividad periodística, y no como sustituta, garantizando calidad, imparcialidad y pluralismo informativo, inclusivo y respetuoso de la diversidad.
Cada usuario – independientemente de su rol en la estructura de la empresa – debe asumir su propia responsabilidad en el uso de esta tecnología, considerando que el resultado generado por un sistema de IA es potencialmente imperfecto, antes de utilizarlo es necesario verificar que este resultado sea correcto y preciso.
Será necesaria una educación digital específica con la construcción de cursos de formación, igualmente accesibles a todos los niveles de la empresa, para permitir tanto las habilidades técnicas de las personas como la capacidad de comprender las implicaciones éticas y sociales del uso de la IA. Utilizando un lenguaje comprensible y una comunicación clara y transparente sobre el uso de la IA, cualquier profesional y operador debe poder utilizarla respetando la ley, los derechos de terceros y según las reglas de diligencia ordinaria.
Evidentemente, estas directrices requerirán tiempo y experimentos y ajustes continuos antes de que lleguen a ser plenamente operativas. Sin embargo, el Código marca el camino y ya puede considerarse una buena práctica resultante de la ley aprobada a nivel europeo.
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