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AMÉRICA LATINA SE ALEJA CADA VEZ MÁS DE EE.UU. Y PEKÍN ESTÁ ENCANTADO ​

MACIEJ STASIŃSKI​

AMÉRICA LATINA SE ALEJA CADA VEZ MÁS DE EE.UU. Y PEKÍN ESTÁ ENCANTADO

Publicado en Gazeta Wyborcza

Tras tres meses de una política estadounidense agresiva y caprichosa hacia América Latina, sus efectos son evidentes.

En lugar de atraer a los países latinoamericanos al área de influencia de EE. UU., como proclama el secretario de Estado Marco Rubio, la política de aranceles arbitrarios y expulsiones de inmigrantes ha provocado que los países del continente se acerquen con rapidez al ala china, buscando liberarse del dictado económico estadounidense.

En la cumbre económica China–América Latina celebrada en Pekín, que comenzó el lunes (12 de mayo), participaron, entre otros, los mandatarios de Brasil, Colombia y Chile. Todos ellos dejaron claro que no se trata solo de cooperación económica, sino de geopolítica: los países latinoamericanos buscan liberarse de su dependencia de la potencia estadounidense en el hemisferio occidental y equilibrarla, entre otros, con China.

Para China, que desde hace 20 años lleva a cabo allí una expansión económica a gran escala, la política de Trump es un auténtico regalo.

China y América Latina refuerzan su cooperación. “Un salto cualitativo”

El presidente Xi Jinping declaró durante el encuentro en Pekín:
— América Latina y China son eslabones clave del Sur Global y, como tales, deben cerrar filas ante el aumento de las tensiones y confrontaciones geopolíticas entre grandes bloques, y frente a políticas unilaterales y proteccionistas. Por ello, trabajaremos juntos para hablar con una sola voz en los asuntos internacionales.

Su ministro de Asuntos Exteriores, Miao Deiu, fue aún más explícito:

— Los países latinoamericanos quieren independencia y autodeterminación. Rechazan la Doctrina Monroe —explicó a los periodistas, recordando cómo en 1823 el presidente estadounidense James Monroe advirtió a Europa que no se entrometiera en los asuntos de América Latina, región que EE. UU. empezaba a considerar su zona exclusiva de influencia.

Los líderes de los principales países presentes en Pekín se apresuraron a confirmar esa visión, aunque evitaron señalar directamente al presidente Donald Trump y su actitud agresiva. Elogiaron un orden mundial multipolar.

— Ninguno de nuestros países puede salir adelante por sí solo. América Latina no quiere ser el escenario de la rivalidad entre potencias por la hegemonía mundial. Su destino no depende de nadie, ni del presidente de China, ni de EE. UU., ni de la Unión Europea, sino únicamente de si queremos ser grandes o pequeños —afirmó en Pekín el presidente de Brasil, Inacio Lula da Silva.

Le secundaron otros:

El colombiano Gustavo Petro:
— Ante las divisiones globales, las tensiones geopolíticas, las guerras, la destrucción del medio ambiente y las desigualdades, debemos cooperar o pereceremos.

El chileno Gabriel Boric:
— Debemos dar un salto cualitativo en nuestros vínculos con China. Defendemos nuestra autonomía y nuestro derecho a decidir con quién y cuándo comerciamos, porque el comercio es convivencia entre sociedades.

El uruguayo Yamandú Orsi:
— El contexto internacional multilateral se descompone peligrosamente. Debemos defender un comercio mundial transparente y libre de discriminación.

China invierte en América Latina. El comercio florece, pero también crece la dependencia

 

No se quedó solo en palabras. El presidente chino anunció la apertura de una línea de crédito para América Latina por valor de 10.000 millones de dólares, destinada especialmente a inversiones en energías renovables, desarrollo tecnológico, telecomunicaciones 5G, digitalización e inteligencia artificial. Propuso también ayuda de China en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico.

China quiere incorporar a América Latina a la Nueva Ruta de la Seda, basada en la importación de materias primas y alimentos (petróleo, litio, cobre, mineral de hierro, metales raros, soja y carne) hacia China y la exportación de tecnología china a América Latina. Además, eliminará los visados para cinco países latinoamericanos.

La intensa cooperación queda reflejada en los datos económicos.

Las exportaciones chinas hacia América Latina superaron en 2024 los 515.000 millones de dólares, 75.000 millones más que en 2023. Para comparar: hace 25 años ese volumen comercial era de solo 12.000 millones de dólares.

La mitad de las importaciones chinas desde América Latina proceden actualmente de Brasil. Y son los brasileños los principales defensores de una cooperación estrecha. El presidente Lula anunció que China invertirá 4.500 millones de dólares en Brasil, incluyendo 1.000 millones en la producción de biocombustible para aviación a partir de caña de azúcar. La empresa china TikTok (ByteDance) construirá un gran centro de procesamiento de datos en Pecem, en el estado de Ceará.

En otoño del año pasado, en la costa de Perú, a unos 90 km al norte de Lima, Xi inauguró un gigantesco puerto de carga en Chancay, por donde circularán hacia China ríos de soja brasileña, cobre chileno y mineral de hierro y harina de pescado peruanos. La construcción del puerto costó 3.500 millones de dólares; los chinos aportaron casi 1.500 millones, y el puerto será gestionado por el consorcio chino Cosco, que posee el 60 % de las acciones.

Hasta 2023, China había financiado en el continente más de 200 grandes proyectos de infraestructura como carreteras, aeropuertos, ferrocarriles, puentes y puertos, pero también centrales eléctricas, líneas de transmisión, escuelas, hospitales y estadios. Sin embargo, esta cooperación tiene una cara oscura: para los países latinoamericanos, la balanza comercial es crónicamente deficitaria.

 
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Maciej Stasiński, periodista polaco, es periodista de la sección Internacional del diario Gazeta Wyborcza. Es asociado de EditoRed.

Este artículo fue publicado originalmente en el diario polaco Gazeta Wyborcza, con cuya autorización se reproduce aquí. 

En este enlace puede revisar el texto original en polaco.

 

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