EditoRed

ASOCIACIÓN DE EDITORES DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE LA UE Y AMÉRICA LATINA

SANTA MARTA ABRE UN NUEVO CAPÍTULO ENL A RELACIÓN ENTRE AMÉRICA LATINA Y LA UNIÓN EUROPEA ​

SANTA MARTA ABRE UN NUEVO CAPÍTULO ENL A RELACIÓN ENTRE AMÉRICA LATINA Y LA UNIÓN EUROPEA

Más de 50 años de acercamientos y desencuentros preceden la cumbre UE-Celac en Santa Marta, que busca redefinir la agenda birregional.
Estas reuniones ministeriales, sin participación de jefes de Estado y sin incluir a todo el Caribe, se celebraron en diez ediciones adicionales, aunque en la práctica operaron más como un mecanismo de concertación política.
Durante este periodo también se alcanzaron compromisos clave, como el Acuerdo Marco Interregional de Cooperación UE-Mercosur, firmado en diciembre de 1995, así como los acuerdos de cooperación con Chile (1996) y México (1997). Este ciclo culminó con México como el primer país latinoamericano en suscribir un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, en marzo del año 2000.

De Río a Santa Marta

Ahora, las grandes cumbres entre Europa y América Latina tampoco son recientes. Su origen se remonta a 1999, en Río de Janeiro, cuando se celebró el primer encuentro de jefes de Estado y de Gobierno entre ambos bloques, por aquel entonces denominada Cumbre EU-LAC. Aquella cita dio inicio a lo que entonces se denominó una “asociación estratégica birregional”, impulsada por el optimismo de los años noventa y la expansión de la democracia y el libre mercado en América Latina.
 
Desde entonces, las reuniones han sido un termómetro de las prioridades políticas y económicas del momento. En Lima (2008), por ejemplo, el foco estuvo en el comercio y la cooperación para el desarrollo.
 
En 2013, dos años después del nacimiento de la Celac –que sustituyó al Grupo de Río como voz política unificada de América Latina y el Caribe–, el diálogo birregional adoptó una nueva forma: la Cumbre UE-Celac. La primera tuvo lugar en Santiago de Chile y marcó el inicio de una etapa más estructurada y representativa en las relaciones entre ambas regiones. A diferencia del formato anterior, la Celac permitió a América Latina y el Caribe presentarse ante la Unión Europea con una posición común y una agenda compartida.
 
Sin embargo, la mejor estructura no siempre se tradujo en acuerdos concretos. Durante casi una década, el diálogo se enfrió. Las crisis internas de la UE –la del euro, el brexit, la pandemia de covid– y los vaivenes políticos en América Latina relegaron la relación a un segundo plano.
 
“Se puede hablar de tres grandes períodos”, señala el internacionalista Manuel Camilo González. “El primero, en los años noventa, que es un periodo donde hay una suerte de descubrimiento de mercados, particularmente desde Europa hacia América Latina, fundamentado por la idea de las reformas del libre mercado y que tuvo impacto significativo en las cumbres de Río de Janeiro y de Lima”, señala.
 
Y añade: “Después hay un periodo casi de olvido que se extiende entre los 2000 hasta más o menos 2022, después de la pandemia, cuando América Latina tiene otro retroceso económico, y lo mismo ocurre con la UE con la crisis del euro y particularmente con la agresión rusa en Ucrania”.
 
González agrega que, aunque desde 2017 la Unión Europea empieza a hablar de autonomía estratégica abierta, que busca “reducir las dependencias a través de la interdependencia”, y uno de esos focos es América Latina, la relación recién empieza a recuperarse hoy. “Todo este movimiento hacia la idea de recuperar la relación sería el tercer periodo, y la oportunidad con esta cumbre con la Celac”, afirma.
 
En ese sentido, para el viceministro de Asuntos Multilaterales, Mauricio Jaramillo Jassir, el evento en Santa Marta es de vital importancia. “Es la segunda cumbre más importante que ha albergado el país en toda su historia, solo comparable con la de los Países No Alineados en 1995, en Cartagena”, afirma.
 
Y es que el encuentro de Santa Marta llega en un momento de reacomodo del tablero global. La mencionada guerra en Ucrania, la tensión en Medio Oriente con Gaza y la rivalidad entre Estados Unidos y China –que, no obstante, parece ir por el camino del diálogo– han obligado a Europa a repensar sus alianzas. Para América Latina, la situación también es inédita: varios países de la región buscan diversificar sus relaciones internacionales, en medio de una ola de gobiernos progresistas y de tensiones con Washington.
 
En ese contexto, la profesora Angélica Rodríguez, de la Universidad Nacional, considera que la cumbre representa una “oportunidad de oro” para redefinir el papel de la relación birregional y para volver a la esencia del proyecto. “Debido a las tensiones que diversos países de la Celac tienen con Estados Unidos, esta cumbre puede servir para profundizar la cooperación y apostar por temas estratégicos que den a la región un mayor margen de maniobra en el escenario internacional”, señala.

_______________

*Este artículo fue publicado originalmente en el diario colombiano EL TIEMPO, y se reproduce aquí con su autorización. 

En este link pueden consultar el artículo original. 

Acceso a miembros

Acceso a miembros