DISFRAZADA, EN UNA BARCA DE PESCADORES”: ¿CÓMO LOGRÓ LA GALARDONADA CON EL NOBEL DE PAZ LLEGAR A OSLO? ​

Según informaciones extraoficiales, la salida de María Corina Machado de Venezuela estuvo precedida por meses de preparación.

María Corina Machado no llegó a tiempo a la ceremonia de entrega del premio, pero unas horas más tarde, el jueves a las 2:20, salió al balcón del Grand Hotel de Oslo.

La recibió una multitud de compatriotas, invitados y simpatizantes que, con paciencia, la aclamaban: “¡María, María! ¡Valiente! ¡Valiente!”.

Tras entonar junto a sus compatriotas el himno venezolano “Gloria al Bravo Pueblo”, Machado bajó a la calle y, por encima de las vallas que protegían su seguridad, abrazó efusivamente a la gente.

Por la mañana, en una rueda de prensa acompañada por el primer ministro de Noruega, Jonas Gahr Støre, agradeció el premio, la ayuda y el apoyo a la lucha por la libertad de Venezuela:

“Me dirijo a los noruegos, a los pueblos de Europa, a todas las personas. Venezuela será libre. Nuestra experiencia, que demuestra que no hay democracia sin libertad, ni paz sin valentía y amor, sirve a toda la humanidad”, dijo. Y añadió:

“Llevaré este premio a Venezuela. Lucharemos por la libertad hasta el final. Devolveremos un país libre a los venezolanos”.

Machado no quiso dar detalles sobre cómo logró salir de Venezuela, a pesar de la prohibición del régimen de abandonar el país y de la cacería policial de la que huye desde hace 16 meses.

María Corina Machado engañó a las autoridades venezolanas

El régimen no solo le prohíbe desde hace años salir del país, sino que, desde noviembre del año pasado —después de las elecciones presidenciales fraudulentas y perdidas por el régimen—, la acusa de traición a la patria y de conspirar con gobiernos extranjeros, cargos que pueden costarle 30 años de prisión.

“Solo diré que muchas personas arriesgaron sus vidas para que yo pudiera llegar aquí”, declaró a una periodista de la BBC en el hotel. “Y claro que volveré, pero no diré cuándo ni cómo”.

El diario estadounidense The Wall Street Journal fue el primero en informar cómo la señora Machado logró despistar a las autoridades. La preparación de la salida tomó varios meses y contó con la ayuda de las autoridades estadounidenses, que desde hace muchos meses patrullan el mar Caribe con una poderosa flota militar.

Machado habría viajado primero en coche, disfrazada, atravesando controles militares que no lograron identificarla, hasta uno de los puertos caribeños. Desde allí, una barca de pescadores debía llevarla a la isla neerlandesa de Curazao, situada a varias decenas de kilómetros de la costa. Luego tomó un avión privado hacia Miami, Florida, y desde allí voló a Noruega. Al embarcar envió un mensaje informando de que no llegaría a tiempo a la ceremonia del Nobel, pero que ya estaba en camino. Poco después de medianoche del jueves aterrizó en Oslo.

Los periodistas en Oslo quisieron saber si su premio de la paz no entraba en contradicción con el fantasma de una posible intervención militar estadounidense, con la que el presidente Donald Trump ha amenazado a la dictadura venezolana. Machado había agradecido anteriormente a Trump su apoyo a la lucha para derrocar al régimen de Caracas.

“Se habla de una invasión estadounidense. Pero Venezuela ha sido desde hace mucho víctima de invasiones. Tenemos agentes de Rusia, Irán, Hamás, Hezbolá, la guerrilla colombiana, los cárteles del narcotráfico, redes de tráfico de personas y de prostitución internacional. Operan libremente porque el régimen de Maduro es su cómplice”, afirmó. Acusó al régimen de Maduro:

“Venezuela se ha convertido en el principal nido criminal, un paraíso de bandidos en América Latina. Desde hace tiempo pedimos a la comunidad internacional que desmantele estas redes”.

“No fuimos nosotros quienes quisimos una guerra con el régimen, fue el régimen el que declaró la guerra al pueblo de Venezuela”, afirmó en la entrevista con la BBC. “Propuse al régimen dialogar sobre una transición pacífica. Se negaron”.

Explicó que el régimen venezolano no es una dictadura clásica: “Es una estructura criminal que obtiene ingresos de toda actividad delictiva, desde las drogas hasta la trata de personas”.

Venezuela bajo presión de Estados Unidos

El presidente del Comité Nobel, Jorgen Watne Frydnes, también respondió a las objeciones planteadas sobre la galardonada. Recordando a Lech Wałęsa y Nelson Mandela, premiados anteriormente con el Nobel de la Paz, afirmó: “A los luchadores por la libertad se les exige una pureza moral que sus perseguidores no necesitan demostrar”. Añadió, durante la entrega del premio a la hija de Machado: “No es justo. Estos luchadores afrontan dilemas que nosotros, como observadores, nos permitimos ignorar. Ellos deben elegir entre lo difícil y lo imposible”.

“El régimen tiene el poder en Venezuela. Y es él quien debe garantizar que la transición democrática sea pacífica”, explicó el noruego.

La ceremonia en Oslo coincidió con la publicación de un nuevo informe de la ONU sobre los crímenes de la dictadura venezolana. El jueves, la Misión Internacional de Investigación de la ONU sobre Venezuela publicó un informe que documenta violaciones sistemáticas de los derechos humanos, tales como detenciones arbitrarias, asesinatos, torturas, malos tratos y abusos contra prisioneros, así como violencia sexual, perpetrados por miembros de la llamada Guardia Nacional Bolivariana y otros servicios especiales de la dictadura.

Por su parte, el gobierno de Estados Unidos advierte que no cesará la presión sobre el régimen en Caracas. El jueves comandos estadounidenses capturaron en el mar Caribe el petrolero venezolano The Skipper, que transportaba petróleo venezolano sujeto a embargo internacional. Los estadounidenses afirman que formaba parte de una “flota fantasma” que navega bajo banderas extranjeras y a través de la cual Venezuela envía petróleo, entre otros destinos, a Irán y Cuba.

Venezuela e Irán protestaron de inmediato contra la incautación del petrolero, calificándola de “saqueo” y de “acto de piratería internacional”.

Maciej Stasiński, periodista polaco, es periodista de la sección Internacional del diario Gazeta Wyborcza. Es asociado de EditoRed.

Este artículo fue publicado originalmente en el diario polaco Gazeta Wyborcza, con cuya autorización se reproduce aquí. 

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