EL PARLAMENTO EUROPEO PIDE UNIDAD Y LIDERAZGO ANTE LOS DESAFÍOS DE LA NUEVA ERA TRUMP​

Por Ane Barcos / Aquí Europa

Con la presencia del comisario europeo de Comercio, Maroš Šefčovič, el debate abordó la necesidad de reforzar la autonomía estratégica de Europa, fortalecer la seguridad y las capacidades defensivas del continente, garantizar la continuidad del comercio transatlántico y asumir un liderazgo firme en la lucha contra el cambio climático, todo ello en un contexto marcado por crecientes tensiones globales y desafíos multilaterales.

En representación de la Comisión Europea, el comisario de Comercio y Seguridad Económica, Relaciones Interinstitucionales y Transparencia, Maroš Šefčovič, destacó que la relación entre la Unión Europea y Estados Unidos sigue siendo una alianza sólida que ha sostenido la prosperidad durante décadas. Declaró que la UE está dispuesta a fortalecer aún más estos lazos bajo la nueva administración de Trump. Según Šefčovič, «la alianza transatlántica se basa en lazos robustos» y la UE está comprometida a «trabajar juntos para hacer frente a retos globales».

El comisario subrayó que la UE defenderá con firmeza sus prioridades, apostando por un sistema multilateral fundamentado en normas internacionales, especialmente en lo relativo a la «soberanía territorial e inviolabilidad de las fronteras estatales». También reafirmó el compromiso europeo con Ucrania, proporcionando «ayuda humanitaria, económica y militar» y promoviendo valores democráticos como la «libertad de expresión» y la «integridad de los procesos electorales».

En el ámbito económico, Šefčovič señaló la necesidad de «reforzar nuestras economías, promover la innovación y la competitividad». Asimismo, destacó la importancia del comercio transatlántico, recordando que millones de empleos estadounidenses dependen de las relaciones comerciales con Europa, y abogó por «preservar esas cadenas de suministro resistentes». También expresó la disposición de la UE a negociar con la nueva administración para fortalecer la cooperación energética, en especial en el suministro de gas natural licuado. A pesar de lamentar la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París, reafirmó el compromiso de la UE con el «Pacto por una Industria Limpia» y su voluntad de asociarse con países comprometidos en la lucha contra el cambio climático.

Los eurodiputados abogan por una Europa más independiente

El Partido Popular Europeo (PPE), la mayor fuerza parlamentaria, insistió en la importancia de la unidad y la seguridad europeas frente a los retos planteados por Trump. Michal Szczerba, eurodiputado del PPE, reconoció que «no va a ser una presidencia fácil», pero subrayó que la seguridad debe ser una prioridad compartida entre Europa y Estados Unidos. Enfatizó la necesidad de avanzar hacia una Unión Europea de la Defensa, señalando que «nuestra seguridad, a partir de ahora, va a estar en nuestras propias manos». Según Szczerba, esta inversión es clave para el futuro de las relaciones transatlánticas.

Por su parte, el Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas alertó sobre el impacto potencialmente disruptivo del segundo mandato de Trump y abogó por fortalecer la independencia europea. Katarina Cebada, eurodiputada del grupo, afirmó que «no podemos depender de sus acciones» y llamó a invertir más en seguridad, economía, industria y bienestar. También pidió mayor cooperación con América Latina y la región del Pacífico mediante el comercio internacional. En referencia a las declaraciones de Trump sobre Groenlandia, subrayó que la respuesta del bloque debe ser contundente: «no pasarán».

Jordan Bardella, líder de Patriotas por Europa, ofreció un enfoque diferente, alabando la determinación de Trump de priorizar a Estados Unidos, aunque advirtió sobre posibles perjuicios para Europa. Según Jordan, «Trump va a defender los intereses de América, evidentemente, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados». Además, criticó las políticas comerciales e industriales de la UE, calificándolas de «máquina para ahogar a las empresas». Para él, Europa debe priorizar valores como la identidad, la libertad y la soberanía, o de lo contrario «la historia nos va a olvidar».

El Grupo de los Conservadores y Reformistas acogió positivamente la exigencia de Trump de que Europa asuma mayores responsabilidades en la OTAN, algo que consideraron necesario tras años de dependencia. Carlo Fidanza, eurodiputado del grupo, afirmó que «Trump plantea la posibilidad de realinear nuestras relaciones comerciales y dejar de lado políticas que han sostenido el Pacto Verde». Según Fidanza, «es el momento de que nazca una nueva Europa», capaz de adaptarse a los cambios globales.

Valérie Hayer, líder de Renew Europe, insistió en redefinir las relaciones transatlánticas, destacando que «un partenariado contiene dos partes» y que Europa debe dejar de ser el «hermano pequeño». Aunque reconoció a Estados Unidos como un socio clave, advirtió sobre los riesgos de una guerra comercial y subrayó que «los estadounidenses necesitan nuestro mercado tanto como nosotros el suyo». Además, alertó sobre los desafíos democráticos planteados por Trump y Elon Musk, señalando que ambos tienen un «programa ideológico» que busca «socavar nuestras democracias». Hayer defendió el multilateralismo y abogó por una Europa soberana, fuerte e influyente.

Los Verdes abogaron por que Europa asuma su papel como potencia mundial responsable, capaz de colaborar con Estados Unidos o actuar de forma autónoma. Sergey Lagodinsky destacó que «el comercio es la respuesta a la guerra, la cooperación es la respuesta a los nacionalismos». Según él, Europa debe ser innovadora, segura y liderar desde sus valores democráticos. «La mejor respuesta es que se imponga la razón», afirmó.

Desde La Izquierda, Per Clause criticó la falta de contundencia del Parlamento Europeo ante las amenazas de Trump, especialmente sus intentos de adquirir Groenlandia. «¿No sería mejor que nos plantáramos y le dijéramos claramente a Estados Unidos que no?», preguntó, reclamando una respuesta firme y clara por parte de Europa.

Por su parte, Europa de las Naciones Soberanas subrayó la necesidad de un partenariado equilibrado con Estados Unidos, basado en el respeto mutuo. El grupo instó a trabajar por una Europa fuerte y defensiva, capaz de proteger sus propios intereses. Aunque reconocieron los esfuerzos en las relaciones transatlánticas, concluyeron que no habrá soluciones reales hasta que la guerra en Europa termine.

Los eurodiputados reconocieron la importancia estratégica de la relación transatlántica, aunque con distintos matices sobre cómo gestionarla bajo la administración Trump. Hubo consenso en la necesidad de fortalecer la autonomía europea, especialmente en defensa y economía, y en garantizar que Europa siga siendo un actor global relevante capaz de competir con la nueva Administración Trump.

Asimismo, la mayoría coincidió en la defensa de los valores democráticos y en la necesidad de una respuesta firme ante desafíos globales como el cambio climático, la seguridad y las tensiones comerciales.