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DECLARACIÓN DE LA III CUMBRE CELAC-UE: MUCHAS BUENAS INTENCIONES Y TIBIEZAS CON RUSIA

DECLARACIÓN DE LA III CUMBRE CELAC-UE: MUCHAS BUENAS INTENCIONES Y TIBIEZAS CON RUSIA

La declaración final de la III Cumbre CELAC-UE celebrada en Bruselas, se retrasó hasta la tarde de la segunda y última jornada de la cita. El motivo no fue otro que la referencia en la misma a la invasión de Rusia de Ucrania. En todo caso, nada nuevo bajo el sol de estas cumbres. Siempre los mismos países y siempre hay una excusa para bloquear el consenso birregional. Pasó en Santiago de Chile en 2013 y en Bruselas en 2015, tres países, Cuba, Venezuela y Nicaragua han cobrado protagonismo descafeinando una y otra vez la posición de 60 Estados que representan a más de mil millones de habitantes. Ellos juntos apenas significan el 5% del total.

El formato de una Cumbre desequilibrada por los pesos institucionales de CELAC y de la UE provoca estas situaciones. La UE es una organización desarrollada a lo largo de casi 70 años y ha ido dando forma supranacional a sus instituciones. CELAC lleva 30 pero no deja de ser un ente colaborativo, plagado de hermandad y de egos desproporcionados de sus miembros.

LUCHA CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO

La primera referencia expresa de la declaración en su tercer punto es al cambio climático y la voluntad de luchar contra él con esfuerzos compartidos. A la sostenibilidad, incluida la de los océanos, se dedican buena parte de los puntos de la declaración. En el punto cuarto se hace especial mención a los países caribeños y a la necesidad, por parte de la UE, de estrechar la cooperación con ellos. En el cinco encontramos el primer éxito de la Cumbre: se desbloquea el llamado acuerdo Cotonú, para la firma con la Organización de países de África, Caribe y Pacífico (ACP) región primordialmente francófona.

Llama la atención el punto siete de la declaración que reafirma que la relación birregional está basada en la democracia, el respeto a los derechos humanos y de las leyes internacionales, cuestiones que los referidos tres países – Cuba, Venezuela y Nicaragua – incumplen a fecha de hoy.

En el 9 la paradoja se da la vuelta hacia Europa, ya que se reconoce el interés mutuo de combatir la violencia de género, cuestión que en la UE no es del agrado de gobierno como el de Hungría o Polonia. Asimismo, se especifica la defensa de los derechos de los pueblos indígenas.

REPARACIÓN DE LOS DAÑOS CAUSADOS POR LA ESCLAVITUD

El punto décimo de la declaración provocó polémica desde el inicio de la negociación del texto. Se trata de un reconocimiento, que claramente afecta a los países europeos, del daño causado a millones de personas por la esclavitud, por lo que CELAC solicita un plan de justicia reparatorio que está incluido en el artículo 10 de CARICOM.

En el undécimo el protagonista es Cuba. Se solicita el cese de los embargos a la isla y la salida del mismo de la lista de Estados terroristas. De la misma forma, atendiendo a peticiones particulares, en el punto 13 se da por enterada de la reivindicación de Argentina sobre las Islas Malvinas.

TIBIEZA CON RUSIA POR LA INVASIÓN DE UCRANIA

El punto más difícil de consensuar y que ha acaparado la imagen del encuentro es el 15 referido a la “guerra contra Ucrania”. No se hace en ningún caso referencia expresa a Rusia, ni a que se trata de una agresión unilateral, como defiende la UE. Si se reconocen los efectos en la población y económicos sobre el resto de la comunidad internacional que está teniendo el conflicto. Se hace referencia a las resoluciones de Naciones Unidas al respecto y se hace un llamamiento a su final mediante una paz negociada. Este punto con esta redacción descafeinada ni siquiera ha sido firmado por Nicaragua, que se ha descolgado del mismo. Es evidente, que la UE en pro del éxito de la cumbre ha cedido muchos enteros en una causa que, en los Estados bálticos y fronterizos con Ucrania y Rusia de la Unión, se considera crítico en la actual situación internacional.

AYUDA A LOS PAÍSES MENOS DESARROLLADOS PARA LA LUCHA CLIMÁTICA

En el punto 23 se establece el compromiso de movilizar 100.000 millones de dólares por año para ayudar a los países menos desarrollados de CELAC en la lucha contra el cambio climático. Un punto que está inmerso en varios más dedicados a cuestiones medioambientales en los que se establece la voluntad de actuar conjuntamente.

El 28 hace referencia a la importancia que se le concede a la agenda de inversiones europeas en Latinoamérica al programa de la Comisión Europea Global Gateway, que como ya se ha anunciado va a destinar 45.000 millones de euros a los países de la CELAC.

ACUERDOS COMERCIALES

El punto 31 se centra en los acuerdos comerciales y la intención de profundizar el flujo de productos y servicios entre las dos regiones. Para ello, se habla de los avances de las negociaciones de la actualización de los acuerdos con México y Chile, y se señala la oportunidad de hacerlo también el más difícil de todos ellos, el de Mercosur.

Los puntos 34 y 35 son un clásico en la declaración y se dedican a reconocer la labor de la asamblea Eurolat, de parlamentarios de ambos lados del Atlántico y de la Fundación EULAC por su trabajo en favor del conocimiento mutuo.

En el punto 39 se hacer referencia al apoyo al proceso de paz en Colombia en las negociaciones que se mantienen con el ELN y a la implementación total de los acuerdos de paz con las FARC. Y respecto a Venezuela, se insiste en la necesidad de mantener las conversaciones entre gobierno y oposición en Ciudad de México.

Finalmente, los jefes de Estados y de Gobierno de la UE y CELAC se comprometen a no dejar pasar ocho años como en la presente ocasión para volver a encontrarse. La Cumbre CELAC-UE volverá a ser bienal y la próxima será en 2025 en Colombia, que entonces ostentará la presidencia pro tempore de la CELAC.

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