EditoRed

ASOCIACIÓN DE EDITORES DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE LA UE Y AMÉRICA LATINA

Conferencias

Irene Lanzaco, directora general de la Asociación de Medios de Información (AMI) de España ha explicado la base de la demanda que 83 medios españoles han planteado contra la compañía tecnológica Meta, dueña de redes sociales como Facebook, Instagram y WhatsApp, y a la que reclaman 550 millones de euros como resarcimiento.

Ella sostiene que no habría que esperar el resultado de la demanda para empezar a ver cambios, especialmente en el sector de los anunciantes, tanto públicos como privados, que no deberían confiar su publicidad a plataformas que irrespetan derechos ciudadanos.

En el tercer webinar organizado por EditoRed, desarrollado este miércoles 20 de diciembre de 2023, Lanzaco ha explicado que “el derecho a la protección de datos personales forma parte indisoluble del derecho a la intimidad, que es un derecho fundamental, protegido por la Constitución española, que tiene naturaleza irrenunciable”. Y ese derecho, sostiene la AMI, ha sido vulnerado, como se explicará más adelante.

“Los anunciantes públicos y privados tienen la obligación de iniciar un proceso de reflexión para dirimir dónde quieren confiar su publicidad”, ha dicho Lanzaco. Esa decisión será observada por la sociedad. “Estamos en un momento en el que la sociedad no acepta comportamientos desviados. La sociedad pide a las compañías y a los agentes públicos un comportamiento correcto, respetuoso con los derechos de las personas. En este entorno no es razonable que se pueda ignorar lo que ha ocurrido en Europa”.

¿Y qué es eso que ha ocurrido?

LOS INGRESOS DE LOS MEDIOS SE EROSIONAN

Desde la llegada del Internet a los dispositivos móviles las compañías tecnológicas han conseguido tener a su disposicón todos los ingresos económicos provenientes de la publicidad digital, dejando para los medios de comunicación ingresos residuales. Eso ha provocado la reducción de recortes en las salas de redacción, cuando no su cierre. Recortes que son terribles para los periodistas despedidos, pero también para las casas editoriales que se ven obligadas a sacrificar su capacidad para generar contenidos porque ya no cuentan con la fortaleza económica para pagar a los periodistas que los crean.  

Cuando Internet irrumpió, los medios de información fueron de los primeros en acoger esta nueva tecnología. Desde el inicio subieron sus contenidos a estas nuevas plataformas. De hecho, en España, los medios están en el segundo lugar en el ranking de los sectores económicos más digitalizados, solo por detrás de las mismas empresas tecnológicas.

Esos contenidos se subieron con acceso gratuito, con la intención de acceder a unas audiencias más amplias, y siempre desde el compromiso de informar a la sociedad. Se pensaba que, con audiencias mayores, habría anunciantes interesados en colocar ahí su publicidad y eso daría la sostenibilidad económica a los medios en este nuevo momento tecnológico. Las cosas no ocurrieron así.

LA PODEROSA PUBLICIDAD SEGMENTADA

“Ocurrió algo que no habíamos previsto”, reconoce Lanzaco. Las plataformas llegaron con la gran capacidad tencológica de analizar el comprtamiento de los suairios a través de la red. “A partir de esta tecnología”, explica, “han sido capaces de dirigirse a los anunciantes para ofrecerles una publicidad segmentada; con esta capacidad de segmentación, de la que no disponemos los medios de información, las compañías tecnológicas son capaces de ofrecerles a los anunciantes unas audiencias que son muy cercanas a sus intereses publicitarios”.

Pero ¿es acaso ilegal vender publicidad segmentada? “No lo es”, aclara la directora de la AMI. “Lo que planteamos es que se respete las normativas necesarias para efectuar es venta. Y lo que la normativa europea dice es que para realizar un perfilado de datos personales de los usuarios -que es lo que hace posible la publicidad segmentada- se necesita tener lo que en derecho se denomina una base jurídico legitimadora de esa actividad, y en el caso de Meta esa base jurídica no existe”.

EL ANTECEDENTE QUE LO CAMBIA TODO

Hubo un hecho significativo que dio pie a que los 83 medios españoles asociados a la AMI planteen la demanda contra Meta.

En diciembre de 2022 y en enero de 2023, la Autoridad de Protección de Datos irlandesa dictó tres resoluciones de importancia capital. Irlanda es un paraíso regulatorio para las plataformas digitales; en ese país, que forma parte de la Unión Europea, Meta tiene declarado su domicilio oficial en Europa.

El 31 diciembre del 2022 aquella Autoridad dictó resoluciones contra Instagram y contra Meta. Al siguiente mes, emitió otra contra WhastApp. Sumadas las tres, supusieron una multa de 400 millones de euros. La infracción cometida estaba establecida en el Reglamento Europeo de Protección de Datos, que había entrado en vigencia. Basado en él, las autoridades irlandesas determinaron que la compañía tecnológica ha estado vendiendo publicidad segmentada sin el fundamento jurídico que le habilitara para ello.

Y Meta solamente vende publicidad segmentada. “Eso permite concluir que el 100% de sus ventas publicitarias se han obtenido de manera ilícita”, afirma Irene Lanzaco.

Pero ¿por qué los medios reclaman el resarcimiento a su favor? Ella explica que “todo esto significa que Meta ha obtenido una ventaja competitiva a partir de una infracción normativa, conducta que está calificada por la Ley de Competencia Desleal española como una infracción que da lugar a una conducta de sanción y a un resarcimiento de los daños que ha producido en el mercado para sus competidores”.

Asegura que “es evidente que los medios españoles se han visto afectados en el momento en que la propuesta comercial de Meta, basada en el perfilado de la publicidad que comete una infracción normativa, ha privado a los medios de comunicación españoles de participar en unos ingresos publicitarios que, en condiciones ordinarias, habrían servido para financiar la actividad periodística”. Ese es el fundamento de la demanda.

LA PUBLICIDAD DEBE VOVLER A LOS MEDIOS, QUE CONSTRUYEN DEMOCRACIA

Sin ingresos publicitarios los medios de comunicación no pueden garantizar su sostenibilidad. Por eso, “la inversión publicitaria debe volver a los medios de comunicación, medios que construyen democracia, que construyen sociedad, que alientan la convivencia cívica”.

Lanzaco destaca que en los medios de comunciación existe conversación y responsabilidad, una responsabilidad que ocurre frente a las audiencias y frente a los tribunales de cada país. “Esto no ocurre en las redes sociales, que alimentan la irresponsabilidad, la confrontación, la polarización y están en la fuente de todos los problemas que la sociedad del siglo XXI está enfrentando”, afirma.

En ese aspecto, habrá que estar atentos a otra demanda que afronta Meta, una que interpusieron 35 estados de Estados Unidos, que denuncian que la compañía está diseñando sus productos de forma deliberada perjudicando la salud de los menores. “Es muy grave”, considera Lanzaco; “se conoce que los menores están teniendo acceso a las redes que les facilitan la mentira en cuanto a sus datos de edad (…), los menores están siendo expuestos a contenidos que son tóxicos para ellos porque hay una compañía que ha decidido monetizar los datos de los menores, incluso por debajo de los 12 años. Nadie puede permanecer indiferente. Los agentes públicos y privados tienen la obligación de repensar cuál es su modelo de relación con las redes sociales”.

¿QUÉ HA DICHO META ANTE LA DEMANDA DE LA AMI?

Nada, todavía. La demanda aún no ha sido admitida a trámite. El proceso puede tardar entre dos y tres meses en los tribunales españoles hasta que el caso recaiga en un juez específico, a partir de lo cual se deberá notificar y citar a la empresa para que responda.

Hasta ahora, la AMI no ha tenido ninguna conversación con directivos de esa compañía tecnológica. La Directora General cuenta que en el pasado intentó acercamientos por otro asunto. En esa ocasión solicitó a la empresa que explicara a los editores españoles cuál es su posición negociadora respecto a lo establecido por la Ley de Propiedad Intelectual de España en cuanto a que les sea reconocido un pago por el derecho de explotación de sus contenidos, que las plataformas usan para su beneficio comercial sin ningún acuerdo económico con los medios. En esa oportunidad la respuesta de Meta a los comunicados formales de la AMI fue el silencio, cuenta Lanzaco.

LOS EFECTOS EN EUROPA Y AMÉRICA LATINA

Si los medios de comunicación españoles ganan la demanda recibirán una compensación económica muy necesaria para asegurar su sostenibilidad. Necesitan ingresos para poder pagar a sus periodistas, a su red de corresponsales, para invertir en nuevas tecnologías digitales, para dar continuidad a su información y prestar el servicio a sus ciudadanos.

Pero, Lanzaco asegura que se busca que haya un efecto multiplicador, más allá de las fronteras españolas. “Esta demanda fue interpuesta por 83 medios españoles, ciertamente, pero no es solo de 83 medios españoles sino de todo el colectivo del ecosistema periodísticos, de personas que defendemos la actividad de los medios de información, que buscamos modelos sostenibles que garanticen las sobreviviencia de un periodismo de calidad, que sirva para transmitir al ciudadano información confiable, a partir de la cual pueda adoptar, desde el conocimiento, sus decisiones cívicas”.

La demanda de la AMI ha obtenido el respaldo de sus colegas españoles, incluyendo medios de radio y televisión. Las organizaciones periodísticas europeas también le han demostrado su apoyo e interés en el tema, apoyados además en las normativas que rigen a toda la Unión Europea, con instituciones comunitarias que se han mostrado activas para respaldar este tipo de demandas.

No han habido, por ahora, acercamientos de organizaciones de prensa de América Latina y Caribe, interesadas en similares iniciativas. Pero se espera que el desarrollo del caso pueda motivar a más instituciones a sumarse a la búsqueda legítima de modelos justos de sostenibilidad para un sector que es vital para la democracia en cualquier país.

Habría que analizar el marco jurídico de cada país y el comportamiento de la gigante tecnológica en cada jurisdicción, pero, dice Lanzaco, “es sensato pensar que habrá nuevos actores que repliquen iniciativas de naturaleza semejante. Porque es claro que META (…) ha creado un imperio de magnitudes económicas descomunales sobre la base de la apropiación y en su beneficio exclusivo de los datos personales de los ciudadanos, y esta es una conducta que debría tener una consecuencia”.

El presidente de EditoRed, Jesús González Mateos, afirma que estas charlas organizadas por la asociación de editore que preside, que reúne a medios de Europa y América Latina, bsuca extender el tema a más países, para que editores y periodistas de otras latitudes conozcan la situación y reconozcan posibilidades en el camino de mantener a flote a los medios informativos.

La Directora General de la AMI afirma: “Creemos que el valor de esta demanda excede la jurisdicción española y que es patrimonio común de todos los medios de comunicación y periodistas del mundo”.

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LOS MEDIOS SÍ PUEDEN CREAR UN ‘NETFLIX DE NOTICIAS’

Películas en streaming, al igual que series, conciertos y encuentros deportivos son cosa ya del día a día. ¿Por qué no transmitir las noticias por esa vía?

Sobre esta alternativa para los medios de comunicación se habló en el webinar que organizó EditoRed este miércoles, 15 de noviembre de 2023.

Para tratar el tema se contó con la participación de Javier Oliver Moll, CEO de Tyris Software S.L., una empresa especializada en la creación y gestión de plataformas de vídeo.

Estos sistemas son conocidos como OTT, que son las siglas en inglés para Over The Top. En general, se trata de sitios web y aplicaciones que permiten al usuario ver, en el momento y lugar que así lo desee, vídeos o transmisiones en vivo. Están en capacidad de mostrar ese contenido en cualquier tipo de pantalla: ordenador, móvil, TV, tableta. Y pueden funcionar con los distintos sistemas operativos que existen en el mercado.

El sistema entrega una gran cantidad de información estadística para que quien administre la plataforma conozca mejor a su audiencia, el impacto de su contenido y de esta manera pueda orientar sus estrategias editoriales y comerciales.

LA ERA DEL VÍDEO

Así como desde los 90 vivimos la era de los ordenadores y desde el 2000 la del Internet, desde hace tres años se vive la era del vídeo. Eso asegura Oliver Moll. “Hay que empezar ya en la carrera del vídeo, solo hemos perdido tres años”, dice el experto. Él pide tener en cuenta que esta no es una cosa pasajera. “Estamos hablando de una era: la era del vídeo, de los datos, del engagement (fidelidad) del usuario, de la Smart TV conectada al streaming. Si no estamos en ese carro vamos a tener problemas”, vaticina.

Una era que tiene unas empresas dominantes, pero en la que se nota que iniciativas más pequeñas se abren cada vez más espacio. Según una estadística estadounidense de Comscore CTV Intelligence, en ese país, Netflix se llevó el 26% de las horas de visualización de vídeos en mayo del 2022; YouTube, el 24%; Hulu, 14%; Amazon Vídeo, 10%. El restante 26% se lo repartieron múltiples plataformas que tiene menor número de usuarios (como Disney+, HBO Max, Pluto TV, Spectrum TV…). Un año después, en mayo del 2023, este segmento de múltiples plataformas creció hasta un 33% del total, y en él se han incluido ya nuevos actores, como ESPN y PeacockTV.

Y el número de horas de visualizción de vídeos entre todas esas plataformas va en aumento. Pasó de 9,6 mil millones de horas en mayo del 2022 a 11,5 mil millones en mayo de 2023.

Por eso, dice Oliver Moll, sí hay espacio para que los medios creen su propia OTT.

LA MONETIZACIÓN

No hay una forma de monetizar el contenido que se propone a la audiencia de una OTT. Hay cuatro, al menos.

Decidir cuál opción escoger depende de la situación de cada medio, de la cantidad de audiencia que ya tenga, del tipo de público al que se dirige. Tampoco será lo mismo un medio dedicado a temas políticos, que uno de deportes o de viajes.

Una de las opciones es la de la suscripción. Es decir, el cobro mensual o anual a la persona que quiere ver el contenido de esta plataforma. Como lo hace Netflix. Esta forma de monetizar permite tener una previsión clara de ingresos. Eso sí, requiere una cantidad mayor de vídeos a disposición del usuario.

Este camino, explica Oliver Moll, es más recomendable para medios grandes, que tengan una audiencia numerosa y compuesta especialmente por gente profesional, con ingresos fijos.

Pero si se trata de un medio con una audiencia todavía reducida, la opción es la de dar gratis el contenido y financiarse con los anuncios. Esta publicidad se la puede gestionar de forma autónoma y también mediante los sistemas que distribuyen avisos a las plataformas en función del número de visualizaciones, como ocurre con YouTube. Se debe tomar en cuenta que, si la audiencia es demasiado baja, no es una alternativa rentable porque no llegarán los auspicios suficientes para sostener la operación.

Otro camino es el llamado transaccional o Pague por Ver. En este, la plataforma da la mayoría de su contenido en forma gratuita, pero cobra para ver eventos especiales de gran interés. Por ejemplo, un partido de fútbol, un concierto, un evento artístico… La ventaja es que se puede combinar con el modelo de anuncios, pero requiere garantizarse una oferta recurrente de eventos de alto interés.

La cuarta opción es la que se conoce como FAST, siglas en inglés para Free Ad-Supported Video Television. Son una versión adaptada al entorno digital de los canales de TV tradicionales. Tienen una grilla de programación, con la ventaja de que el usuario le pude adelantar o te retrasar el programa que está viendo. Se financia a través de anuncios, pero la diferencia está tambipen en que la programación se puede personalizar para el tipo de usuario. Si a una persona, por ejemplo, le gusta la política, el tenis y la agricultura, se puede configurar un canal con contenido que aborde esos gustos.

EL NÚMERO MÁGICO

¿Hay un número mínimo de usuarios que se requiera para dar sustento a un canal de vídeos por streaming, ya sea para los modelos de suscripción o de anuncios? Oliver Moll sí da una cifra: dos mil usuarios activos mensuales.

Claro, se debería analizar cada caso y circunstancia, pero por menos de dos mil usuarios activos difícilmente un anunciante estaría dispuesto a pagar avisos. Hay que considerar que, por ejemplo, en España, por cada mil visualizaciones el anunciante paga cuatro euros.

“A partir de una masa crítica de dos mil usuarios activos al mes ya se tiene una buena perspectiva de financiamiento”, ya sea por anuncios o por suscripciones, asegura Oliver Moll.

 

 

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TRES CLAVES PARA LA SOBREVIVENCIA DE LOS MEDIOS EN LA ERA DE LA RED, EL CHAT GPT Y LA IA

Competir con altos estándares de periodismo, negociar en conjunto con las grandes plataformas tecnológicas y legislaciones nacionales y regionales que establezcan un pago justo de los grandes de Internet por el uso lucrativo que le dan al trabajo de los periodistas y los medios de comunicación.

Esos son tres aspectos claves para dar viabilidad económica a los medios de comunicación, que son los que pagan los sueldos a los periodistas que crean los contenidos de alto valor mientras que las plataformas tecnológicas son las que se llevan las ganancias de ese trabajo profesional.

Son las principales conclusiones que arrojó el primer webinar organizado por EditoRed. La exposición estuvo a cargo de Florian Nehm, el responsable de Asuntos Públicos del grupo alemán Axel Springer, impulsor de acciones tendientes a dar sostenibilidad económica a los medios de comunciación.

En el encuentro virtual,desarrollado este lunes 16 de octubre de 2023, participaron editores de medios de comunicación europeos y latinoamericanos.

EL PROBLEMA

Las grandes plataformas de Internet (Google, Meta, X, entre otras) atraen a sus consumidores, en buena medida, con la información periodística creada por las salas de redacción. Desarrollan negocios con ese trabajo profesional sin compensar económicamente a sus creadores. Así, la sostenibilidad de los medios periodísticos se ha puesto en serio riesgo. No la de unos en particular, sino la de todos.

Por eso, dice Nehm, el lema, el objetivo que están persiguiendo diversas asociaciones de editores es “conseguir la viabilidad económica para que se puedan sostener una diversidad de ofertas periodísticas, fundamental para la democracia”.

PRIMERA CLAVE: EL PERIODISMO PROFESIONAL Y DIVERSO SIGUE SIENDO FUNDAMENTAL

“Sería terrible que subsistan pocos medios”, dice Nehm. Que haya “desiertos de noticias”. “La competencia hace que se corrijan errores, que se completen los enfoques. A los periodistas no les gusta quedarse con información incompleta o que no sea verídica; saben que nadie tiene la verdad final y buscan más fuentes y más noticias. Eso es fundamental para le democracia”.

La lucha insiste, es lograr que “nuestra competencia pueda seguir siendo nuestra competencia”.

Para favorecer esa dinámica hacen falta regulaciones, dijo Nehm. Se requiere leyes para frenar lo que en general se puede llamar piratería, que consiste en que otros medios o modernos sistemas informáticos usen o copien para su beneficio el contenido creado por periodistas remunerados por sus casas editoriales.

SEGUNDA CLAVE: TENER LEYES MODERNAS

“Lo que queremos”, dijo Nehm, “es que una parte equitativa de las ganancias que las plataformas consiguen con nuestros contenidos, producidos con nuestros salarios, nos sea concedida, bajo protección legal, con leyes modernas, estables y efectivas, para que los medios sean sostenibles de manera independiente y la democracia no sufra”.

En América Latina no hay experiencias de regulaciones que se encarguen de proteger el pago por el contenido periodístico en la era de los poderosos motores de búsqueda.

En Europa, explicó Nehm, sí hay experiencias, aunque, en general, son tareas sin terminar.

La Directiva Europea sobre Copyright, por ejemplo, no logra establecerse por completo. Empezó en 2010 con una legislación en Alemania, luego siguió una en España. Después, la acogió la Comisión Europea, pero la pandemia del COVID-19 retrasó su implementación en la Unión. Polonia aún no la ha implementado. “Pero es una regulación débil”, comenta Nehm.

La Unión también expidió la Ley de Servicios Digitales que, entre otras cosas, obliga a las redes sociales a un control efectivo para que no se publique información falsa.

El ejemplo de Australia y Canadá

Australia ha tomado una fuerte iniciativa legal desde el 2020. Es distinta a la europea, que según Nehm tiene una fuerza más clara. Y que ha dado buenos resultados, aunque todavía no los ideales.

Se trata del Código de Negociación de Medios de Noticias y Plataformas Digitales de Australia que, según sus impulsores ha facilitado que las empresas de medios australianas negocien en términos más equitativos con las plataformas digitales dominantes.

Según un reporte, el Código ha hecho posible que Google y Facebook paguen más de 200 millones de dólares australianos anualmente a empresas de medios de noticias, grandes, medianas y pequeñas.

Aquí puede conocer lo que se consideran los ocho puntos clave de esa ley. También resumen de lo que en ella se establece. Detalles sobre la Ley los encuentra aquí.

Ahora mismo, contó Nehm, las tecnológicas apuntan su capacidad de amedrentamiento contra una ley canadiense, que está luchando por ser implementada. Se trata de la Ley C-18, que obliga a las plataformas como Google y Facebook a pagar a los medios de comunicación por incluir su contenido en sus servicios. La Ley generó fuertes reacciones de ambas plataformas, que amenazan con no mostrar los enlaces noticiosos a sus usuarios en Canadá. Aquí puede ver, por ejemplo, la reacción de Google.

En EEUU no hay un panorama favorable para iniciativas de este tipo, debido a hay una ley que prohíbe a los medios negociar en conjunto porque se considera que hay peligro de monopolio.

Una ley sobre la IA

Europa está preparando una directiva sobre Inteligencia Artificial, pero que por ahora solo propone regular el “output”, lo que ya sale al público, para una especie de control de riesgos.

Las asociaciones europeas de editores buscan que se incluyan elementos del “input”, es decir, que se establezcan las condiciones que debe cumplir quien use Inteligencia Artificial Generativa, los requeririmientos de transparencia que debe observar el sector de la economía digital. “Pero aún no lo hemos logrado”, reconoce Nehm, quien espera que elementos como estos puedan ser incluidos durante la presidencia temporal de España en el Consejo Europeo.

“Los editores se han esforzado en la tarea de idear argumentaciones para incluir esos aspectos en la nueva directiva. Independientemente de si logramos que se los considere o no en el texto final, será importante el ejercicio mental y de coalición que se ha generado de cara a las leyes que se vienen”, explicó Nehm.

Y una nueva oportunidad no está muy lejos. En 2026 deberá darse, por mandato legal, una revisión de la Directiva de Propiedad Intelectual.

Un llamado a Latinoamérica

Ni Europa ni Australia ni Canadá pueden lograr por sí solas los cambios legales que permitan la sostenibilidad de los medios. “Necesitamos unirnos y necesitamos la acción de la sociedad hispana y brasileña”, dijo Nehm. Juntos, expresó, formamos el grupo de países con cultura democrática más grande que queda en el mundo, más allá de los vaivenes políticos. “Es la región que contiene los valores de la libertad, que son la base para la prensa libre y para que funcione su viabilidad económica”. Los medios de Latinoamérica deben “subirse las mangas”, graficó, y trabajar denodadamente para conseguir mejores condiciones que permitan su funcionamiento a largo plazo.

TERCERA CLAVE: NEGOCIAR EN CONJUNTO

Las plataformas teconológicas, dice Nehm, han actuado para dividir a editores, que no han unido esfuerzos para mejorar su capacidad de negociación.

Propone por eso que los medios refuercen sus organizaciones, asociaciones, federaciones y que en grupo negocien mejores condiciones con las grandes tecnológicas que se enriquecen con el trabajo periodístico ajeno.

“Lo ideal es conseguir la obligatoriedad de sociedad de gestión”, asegura Nehm. Es decir, que la negociación conjunta sea obligatoria. Eso implica algo que es difícil todavía de lograr: que los medios renuncien a su libertad de negociar individualmente. “Ese es un proceso todavía muy lento”, aceptó.

Pero espera que las organizaciones de medios, también las de los periodistas, gestionen con las legislaturas y gobiernos de sus países o sus regiones para promover leyes que logren hacer justicia en este campo.

¿HAY ESPACIO PARA EL OPTIMISMO?

Nehm contó un reciente caso que conoció: empresarios del campo energético de Sudamérica acudieron a una pequeña empresa europea que desarrolla Inteligencia Artificial. Buscaban un sistema automático que revise lo que en EEUU, Europa y Asia se publica sobre el mercado hidrocarburífero, en medios de comunicación y en investigaciones científicas. Y que eso se convierta en un informe que permita a la empresa el análisis permanente de las condiciones de ese mercado.

Ese es, normalmente, el trabajo que hacían oficinas de comunicación y monitoreo de las empresas, para lo que requerían una gran cantidad de personas, que entregaban informes semanales. Esta Inteligencia Artifical es capaz de “escanear” toda esa información a nivel mundial y emitir informes cada 10 minutos.

Pero para que esa IA funcione requiera que primero exista esa información confiable, verificada y contrastada, que es la que producen los medios de comunicación especializados.

Es ahí donde pueden haber convergencias para el trabajo conjunto y conjuntamente remunerado, en reconocimiento del aporte esencial que hacen las casas editoriales para la toma de decisiones de corporaciones de ese tipo.

Nehm, entonces, hizo énfasis en el mensaje que el Grupo Axel Springer está difundiendo a través de su ejecutivo principal, Mathias Döpfner: no temer ni rechazar a la Inteligencia Artificial o a los generadores automáticos de contenidos (como Chat GPT). Más bien, hay que aprovecharlos para que se encarguen de las tareas repetitivas, para que los editores y periodistas se concentren en el elemento crucial de su profesión: la investigación profunda, la búsqueda de temas y enfoques nuevos, el lado humano de las noticias frías, algo que no puede hacer un robot.

 

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