EL PEOR ATENTADO TERRORISTA DE LA HISTORIA DE ARGENTINA ¿QUIÉN MATÓ A LOS JUDÍOS EN BUENOS AIRES?
Por Maciej Stasiński / Gazeta Wyborcza
Después de 31 años, comenzará un nuevo juicio por el atentado al centro judío AMIA. En ese momento, 85 personas murieron y 300 resultaron heridas. Los acusados: Irán y Hezbolá. La expresidenta Cristina Kirchner responderá por encubrimiento del atentado.
– No vamos a parar hasta que se haga justicia”, declaró el viernes el Presidente Javier Milei al cumplirse 31 años del atentado contra la Asociación de Amistad Israelita Argentina (AMIA).
– Nuestra justicia ha dictaminado claramente que Irán es responsable de planificar y llevar a cabo el asesinato de 85 personas inocentes y de herir a más de 300, declaró el presidente de la AMIA, Osvaldo Ardoza.
Hace tres semanas, el más alto tribunal de casación de Argentina ordenó la celebración de un juicio por el asesinato de 1994. La vista será en rebeldía. El juez Daniel Rafecas sabe que los acusados contra los que ha estado reuniendo pruebas durante los últimos años no comparecerán.
Ello se debe a que son dignatarios del régimen iraní de la época y miembros del Hezbollah libanés, perseguidos infructuosamente hasta el día de hoy con órdenes de detención internacionales.
Entre ellos estarán el ex ministro de Seguridad e Inteligencia Alí Fallahijan, el ministro de Asuntos Exteriores Alí Akbar Velayati, el ex comandante de la Guardia Revolucionaria Mohsen Rezai, el ex comandante de las tropas de Al Quds Ahmad Vahidi, el embajador iraní en Argentina Hadi Soleimanpour y sus subordinados Ahmad Reza Asghari y Mohsen Rabbani, y tres miembros libaneses de Hezbolá Salman Raouf Salman, Abdallah Salman y Hussein Mounir Mouzannar. El fiscal especial Sebastián Basso exige asimismo que el juez Rafecas lleve también ante la justicia al máximo dignatario y líder religioso de Irán, el ayatolá Alí Jamenei.
Asesinato de la AMIA. El peor acto terrorista de la historia argentina
El 18 de julio de 1994, a las 9.53 horas, estalló una camioneta estacionada frente al centro de la AMIA, en la calle Pasteur 633 de Buenos Aires. El edificio de cuatro plantas se derrumbó, sepultando a 85 personas. Más de 300 personas resultaron heridas.
Fue el peor acto terrorista de la historia argentina. Es también la prueba más grave de la impotencia, cuando no de la absoluta incompetencia criminal, del Estado y la justicia argentinos ante un crimen bestial.
A pesar de que Argentina ya había acusado al régimen iraní y a Hezbolá del asesinato hace más de 20 años, y a pesar de que las órdenes internacionales de detención de Interpol siguen vigentes desde 2006, hasta la fecha no se ha castigado a ninguno de los culpables, sin contar al primer juez instructor y a sus fiscales, que fueron condenados por corrupción e intentos de implicar a inocentes en el asesinato. Otro fiscal especial encargado de investigar el crimen, Alberto Nisman, asesinado hace unos años, murió por ello.
Por otra parte, la ex presidenta argentina Cristina Kirchner será juzgada por intentar encubrir la responsabilidad de Irán.
– El asesinato de la AMIA impregna todos los últimos 30 años de la historia argentina, opina el fiscal Basso, que sustituyó al asesinado Nisman en la investigación. – Cuando uno empieza a indagar, descubre que todos tienen detrás más que un yaguareté manchado.
De hecho, hace un año la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó a Argentina por violar los derechos de las víctimas y sus familiares a la verdad y la justicia.
Acuerdos secretos con Irán y el asesinato del fiscal
Cuando fracasó el primer intento de determinar los culpables, el entonces presidente del país, Néstor Kirchner, ordenó relanzar la investigación y se la confió al fiscal especial Albert Nisman, que llevaba investigando el crimen desde 1997 y era el único que permanecía libre de sospechas de obstrucción.
Nisman, basándose, entre otras cosas, en informes de los servicios de inteligencia israelíes y estadounidenses, retomó la pista iraní. Y así, en 2003, Argentina reclamó al Reino Unido la extradición del ex embajador iraní en Argentina, Hadi Soleimanpour, que entonces ya estaba destinado en Londres. Londres se negó.
En 2006, Nisman acusó formalmente al régimen iraní y a Hezbolá del atentado y un año después, a petición de Argentina, Interpol difundió cartas de acusación internacionales contra varios dignatarios iraníes.
Irán se negó a entregar a los procesados, o a interrogarlos, y declaró entonces que había sido el propio Israel quien había llevado a cabo el «autoatentado».
En 2009, otra presidenta argentina, la sucesora y esposa de Néstor Kirchner, Cristina, acusó a Teherán del golpe. Esto hizo aún más sorprendente que sólo cuatro años más tarde concluyera un acuerdo con Irán. El llamado memorando preveía la posibilidad de que los iraníes acusados declararan ante un investigador argentino y que se creara una «comisión internacional de la verdad» para explicar el magnicidio.
La oposición reaccionó con indignación: acusó al gobierno de negociar la responsabilidad del crimen con su organizador. También hubo sospechas de que el acuerdo tenía un segundo fondo, a saber, que Argentina estaba dispuesta a retirar sus cartas de nombramiento internacionales, a cambio de lo cual Irán le ofrecería contratos favorables y muy deseables para importar petróleo iraní.
El acuerdo murió de muerte natural porque Irán no lo ratificó y la Corte Suprema lo rechazó por inconstitucional, lo que prohíbe la renuncia de la justicia argentina a perseguir delitos cometidos en Argentina contra argentinos. En cambio, el fiscal Nisman anunció en 2015 que acusaría a Kirchner y a su Gobierno ante el Parlamento de pretender encubrir los crímenes de Irán.
No lo consiguió: el 18 de enero de este año apareció muerto en su casa con un tiro en la sien. Las autoridades anunciaron desde el lugar que Nisman se había disparado a sí mismo, pero el examen de la escena del crimen y la investigación policial fueron un gran escándalo. Gente al azar recorrió durante horas el piso del fiscal, pisoteando y borrando rastros, mientras los investigadores servían cualquier mejunje que se les ocurriera. Pronto se dictaminó que la muerte de Nisman había sido un homicidio, pero no se identificó a los culpables.
Argentina golpista. Hay un nuevo sospechoso
Kirchner intentó ser considerada responsable de encubrir los crímenes de Irán, pero el tribunal archivó el caso. Con el nuevo presidente Mauricio Macri, sin embargo, se reabrió la investigación. Y hace unas semanas, el tribunal ordenó finalmente que Kirchner fuera juzgada. La ex presidente será juzgada por encubrimiento del crimen, independientemente de que se celebre otro juicio en rebeldía por el crimen en sí contra dignatarios iraníes.
La investigación del asesinato continuó con el equipo del fiscal especial Sebastián Basso. Recientemente ha aparecido el nombre de un nuevo sospechoso en las 490.000 páginas de archivos que ha recopilado: José Salman El Reda, delegado de Hezbolá para los países latinoamericanos, presuntamente implicado en los dos atentados de Buenos Aires: contra la embajada de Israel y contra el centro AMIA.
El 18 de julio es Día de Duelo Nacional en Argentina desde 2019.
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*Maciej Stasiński, periodista polaco, es periodista de la sección Internacional del diario Gazeta Wyborcza. Es asociado de EditoRed.
Este artículo fue publicado originalmente en el diario polaco Gazeta Wyborcza, con cuya autorización se reproduce aquí.
En este enlace puede revisar el texto original en polaco.