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HA MUERTO ‘PEPE’ MUJICA, EL LÍDER URUGUAYO QUE DECÍA SER “SOLO UN CAMPESINO QUE LEÍA” ​

HA MUERTO 'PEPE' MUJICA, EL LÍDER URUGUAYO QUE DECÍA SER "SOLO UN CAMPESINO QUE LEÍA"

Tenía 89 años. Fue Presidente de Uruguay de 2010 a 2015, pero siempre se negó a trasladarse al palacio presidencial, viviendo en su casa de campo en las afueras de Montevideo. Símbolo de la izquierda latinoamericana y humanista, decía: «Dicen que soy pobre, los pobres son los que necesitan mucho».

Por Ricardo Alexandre /  TSF Rádio Notícias (Portugal)

El expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica, símbolo de la izquierda latinoamericana y ex guerrillero, falleció este martes a los 89 años, anunció el actual jefe de Estado, Yamandu Orsi.

Con profundo pesar anunciamos el fallecimiento de nuestro compañero ‘Pepe’ Mujica. Presidente, activista, líder y guía. Te extrañaremos mucho, amigo mío”, escribió Orsi en la cadena X. 

Apodado “el presidente más pobre del mundo”, Mujica reveló a principios de este año que el cáncer de esófago, diagnosticado en mayo de 2024, se había propagado y su envejecido cuerpo ya no podía tolerar el tratamiento.

Guerrillero, rehén, presidente, filósofo

Formó parte del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, un grupo guerrillero de extrema izquierda inspirado en la Revolución Cubana. En el movimiento guerrillero, coparticipó en un episodio conocido como la Toma de Pando, ocurrido el 8 de octubre de 1969, cuando guerrilleros tupamaros tomaron una comisaría, la sede del cuerpo de bomberos, la central telefónica y varios bancos de la ciudad de Pando, ubicada a 32 kilómetros de Montevideo. En 1972, fue arrestado junto con la mayoría de los miembros del grupo. Tras la instauración de la dictadura cívico-militar al año siguiente, 1973, fue uno de los “rehenes” que fueron utilizados para amenazar a la organización para que no reanudara sus actividades.

En 1989 fue elegido diputado y luego senador por el Frente Amplio, y posteriormente ocupó el cargo de ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca entre 2005 y 2008 durante el primer gobierno de Tabaré Vázquez. Presidente en 2010, tras ocupar la Presidencia, fue elegido nuevamente senador en las elecciones de 2015 y 2019.

Fue un referente para la izquierda latinoamericana y más allá. Un presidente filósofo humanista. O como lo llama este miércoles en El País, el escritor argentino Martín Caparrós, fue “guerrillero, rehén, presidente, filósofo”. Decía de sí mismo que era simplemente «un campesino con algunas lecturas» y que soñaba con lograr un «mundo un poco más igualitario», que reconciliara libertad e igualdad, el gran designio de la Revolución Francesa, pero también decía estar en contra de «la rudeza del igualitarismo».

Mujica reconoció que la cárcel le marcó y le hizo reflexionar: “la sabiduría es una convergencia entre el conocimiento y la vida”, dijo en una de sus últimas entrevistas, que publicamos aquí en vídeo. Pasé siete años solo en una mazmorra. Tuve que encontrar la manera de no volverme loco. Me hacía preguntas imposibles, como esta: «Quieres cambiar el mundo, pero ¿qué capacidad de almacenamiento tienen los humanos?». Recibió “torturas inútiles” y su madre lo reanimó cada tres o cuatro meses. Nos recuerda que hay “mucha más gente sola en el mundo, a pesar de estar rodeada de otras personas, pero sin comunicarse”. Cuando fue liberado, salió a buscar respuestas.

Óscar Eduardo Bravo, periodista de la televisión peruana, fue uno de los últimos en entrevistarlo en su casa. Retado por TSF a grabar un testimonio sobre “Pepe” Mujica, el periodista miembro de EditoRed, la Asociación de Editores de Medios de Comunicación de la Unión Europea, América Latina y el Caribe, afirma:

Tuve la suerte de poder hacerme amigo de él y entrevistarlo en su casa, en su finca, a una hora de Montevideo, lo cual no fue fácil. Lo seguí durante un año. Tuve que convencer a la señora Topolansky, su esposa. Era senadora y vicepresidenta de la República. El periodista cuenta que «ya había equipos de televisión con gente que llegaba de Perú, de Estados Unidos, y Pepe cambió la fecha. Tuvimos que quedarnos unos días más. Tuvimos que llevar a nuestros equipos de vuelta a Perú y contratar equipos de Buenos Aires, Argentina, para viajar en barco a Montevideo». Pero, cuando llegué a casa de Pepe Mujica, “me recibieron como si nos conociéramos de toda la vida”. 

Destaca al expresidente uruguayo como “un gran conversador, un excelente conversador. Fue muy fácil hacerme amigo de este generoso abuelo que prodigaba frases y títulos que, para cualquier periodista, podían ser motivo de alegría”.

Tenía consigo el diario original del Che Guevara

En la entrevista, me sorprendió porque, entre otras cosas por pura curiosidad, logré encontrar el diario del Che Guevara que le regaló a Pepe Mujica, el original, el excanciller boliviano de la época de Evo Morales, el excanciller David Choquehuanca. Esto quedará para la investigación y para la historia. Lo que queda en mis ojos, en mis sentimientos y en mi corazón es el diálogo fraternal con un hombre bueno. Tal vez engañado en su juventud, “dijo que pasó su vida matando. Una de las cosas que más deseaba era tener hijos”. Como a todos los seres humanos, “todo llega a su fin y Pepe Mujica nos dejó, para mí, no solo como entrevistado, sino también como amigo, porque nos hicimos muy buenos amigos y después pudimos tener otras conversaciones, cuando me recibió en su finca, en su casa. Me recibió muy temprano en la mañana, solo en pantuflas, de la manera más informal que le gustaba. Para expresarse y vivir. Descansa en paz, querido Pepe. Que Dios te reciba. ¡Adiós, amigo!”

En El País , Federico Rivas Molina afirma que, “a sus 89 años, esta vez consideró que era el momento de irse”. “No llegué más lejos”, había dicho el expresidente a principios de enero. Pero, como dice Molina, «no le fue tan fácil dejar a tanta gente huérfana. Ni hace 50 años, cuando le dispararon seis veces. Ni durante los diez años que estuvo confinado por los militares en un pozo de apenas un metro cuadrado».

La primera vez, recibió 12 litros de sangre y se salvó. La segunda, domó ranas y comió ratas para no volverse loco. Salió del hoyo más sabio, dijo, y regresó a su profesión: la política. En 1994, fue elegido diputado por Montevideo; en 1999, senador; en 2010, presidente de Uruguay con casi el 55% de los votos. Pepe Mujica fascinó al mundo como un oráculo de austeridad y sencillez, una rara avis que, al final de sus días, lanzó advertencias pesimistas, pero sin perder la fe en el hombre. “Me dediqué a cambiar el mundo y no cambié nada, pero me divertí y le di sentido a mi vida. Voy a morir feliz. Pasé mi vida soñando, luchando, debatiendo. Me dieron palizas y todo lo demás. No importa, no tengo facturas que pagar”, declaró a El País en octubre, “devastado” por las sesiones de radioterapia a las que se sometía para combatir la enfermedad.

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Este artículo fue publicado originalmente en TSF Rádio Notícias, de Portugal, con cuya autorización reproducimos en este espacio. 

Si desea publicarlo, por favor, cite su origen y haga un enlace a  https://www.tsf.pt/

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