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ASOCIACIÓN DE EDITORES DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE LA UE Y AMÉRICA LATINA

¿PUEDE LA UNIÓN EUROPEA QUITARLE ESPACIO A LA INFLUENCIA CHINA EN AMÉRICA LATINA? ​

RITA FATIGUSO

¿PUEDE LA UNIÓN EUROPEA QUITARLE ESPACIO A LA INFLUENCIA CHINA EN AMÉRICA LATINA?

Parece una misión imposible para la Unión Europea quitar espacio a la China en América Latina.

Sin embargo, justo a tiempo para el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y casi anticipando y mitigando los riesgos de incertidumbre global desencadenados por la nueva política exterior estadounidense pragmática y transaccional, la Unión Europea ha dado un giro en sus relaciones político-económicas con América Latina, un mercado de 700 millones de consumidores todavía muy protegidos que ha pasado de los dos últimos siglos de influencia estadounidense a una más reciente pero fuerte presencia económica china.

Por supuesto, el primer movimiento del liderazgo de Trump 2.0 fue retomar el Canal de Panamá, y Panamá, recordémoslo, estaba negociando un acuerdo de libre comercio con China. Los últimos movimientos de Bruselas subrayan la presencia de un nuevo jugador en el tablero latinoamericano, rompiendo el marco monopolista chino que en los últimos diez años ha sustituido la presencia y la imagen indisoluble de América Latina como “patio trasero” de Estados Unidos.

Resumamos brevemente las últimas medidas adoptadas por la UE. El 6 de diciembre de 2024, tras 25 años de negociaciones, se firmó en Montevideo el acuerdo UE-Mercosur con Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, definido por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como una “asociación única en el mundo”. Las negociaciones para actualizar el Acuerdo Global con México concluyeron el 17 de enero de 2025.

Por cierto, 2024 marcó la implementación del acuerdo comercial firmado por Ecuador con la UE el 1 de enero de 2017 y, antes, por Perú y Colombia el 1 de marzo de 2013 y el 1 de agosto de 2013 respectivamente, fruto de las negociaciones con los países andinos con excepción, por el momento, de Bolivia.

Europa ahora tiene mejores relaciones directas con los países más importantes del continente latinoamericano. Entre la Unión Europea y America Latina-Caribe hay patrones de atención y afinidades como revela “El Atlas” (un análisis del período 2023-2025 realizado por el Instituto de Prospectiva Internacional para el VIII Congreso de EditoRed en Cartagena).

La economista Alicia García Herrero, senior member del think tank Bruegel y con amplia experiencia en los mercados asiáticos, alertó sobre la fragmentación de las cadenas de suministro y la creciente politización del comercio global, instando a no pasar por alto la competencia entre China y Estados Unidos y la necesidad de que Europa busque aliados estratégicos, Australia, Turquía, India y, por supuesto, América Latina-Caribe.

Hay que decir que la presencia china en la zona, aunque dominante, está empezando a cambiar de piel bajo el efecto de la dinámica interna de la propia China. El principal socio comercial e inversor de la región, como lo ha llamado el Foro Económico Mundial, ha comenzado a utilizar el renminbi en swaps por valor de 70.000 millones de dólares en Argentina, 27.000 millones de dólares en Brasil y, más recientemente, alrededor de 3.000 millones de dólares en Chile.

Venezuela, Brasil, Ecuador y Argentina concentraron el 91% del total de préstamos a la región, de los cuales 138 mil millones en 9 países, 120 fueron inversiones en energía e infraestructura. Después de todo, China ya había alcanzado un pico de 35 mil millones de dólares en 2010.

Debemos observar con atención lo que está sucediendo hoy en China: desde el final de la pandemia, el Gobierno ha establecido un objetivo de crecimiento de solo el 5%. Soportar bajos retornos de las inversiones, incluso en América Latina, es difícil cuando un país está luchando por reactivar su mercado interno; los préstamos continúan pero a un nivel más bajo, algo complicado por el hecho de que China necesita liquidez. La acumulación de sobreproducción que permitió a Beijing totalizar el 20% del comercio global con fuertes repercusiones sobre el total de las importaciones/exportaciones latinoamericanas también ha bloqueado el nacimiento de industrias locales.

Con sus últimos movimientos, la UE asegura su entrada en un mercado que puede abrirse aún más mediante el desmantelamiento progresivo de los aranceles a las exportaciones de alimentos y productos industriales, entre otros. En un mundo que, en cambio, está levantando barreras arancelarias, puede poner sus manos en la enorme reserva de minerales estratégicos que son fundamentales para la transición verde presente en América Latina-Caribe.

Con la firma de acuerdos como el de la UE y el Mercosur, no sólo hay un ahorro multimillonario sino también la posibilidad de volver a contar y dejar una huella del Viejo Continente en la región, en competencia con la agresiva influencia asiática.

 
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La periodista italiana Rita Fatiguso es redactora internacional y corresponsal senior de Il Sole 24 Ore.
 
Esta ponencia fue presentada por Fatiguso en el VIII Congreso de Editores de Europa, América Latina y Caribe. 

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