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VÍCTOR VARGAS, LA CAÍDA DEL ‘BANQUERO DEL CHAVISMO’ Y SU CONEXIÓN CON PANAMÁ​

JESÚS GONZÁLEZ MATEOS

VÍCTOR VARGAS, LA CAÍDA DEL ‘BANQUERO DEL CHAVISMO’ Y SU CONEXIÓN CON PANAMÁ

En el mundo financiero venezolano, pocos nombres han sido tan resonantes como el de Víctor Vargas. Presidente del Grupo Financiero B.O.D. Vargas ha sido una figura prominente en el sector bancario, conocido tanto por su éxito como por la controversia que lo rodea; se le llamaba coloquialmente “el banquero del chavismo” por haber fortalecido su imperio durante los mandatos de Chávez.

Sin embargo, en los últimos años, el imperio que construyó ha comenzado a desmoronarse, con la liquidación de varios de sus bancos y acusaciones de estafa que han sacudido el panorama económico del país. Entre las filiales afectadas se encuentra AllBank, con sede en Panamá, que también sufrió el impacto de la crisis del grupo. Arranca con la bajada del petróleo, malas inversiones y la crisis venezolana.

UN IMPERIO EN EXPANSIÓN

Bajo el liderazgo de Víctor Vargas Irausquín, B.O.D. se convirtió en una de las principales entidades financieras de Venezuela, caracterizándose por una rápida expansión y adquisición de bancos más pequeños en la región. A esto contribuyó en gran medida su yerno Luis Alfonso de Borbón, biznieto de Franco y aspirante al trono de Francia que, con su exquisita educación y su perfil, imprimía confianza en los inversores.

El Grupo Financiero B.O.D. no solo operaba en Venezuela, sino que también extendió su presencia a otros países de América Latina y el Caribe, adquiriendo bancos en Panamá, Curazao y República Dominicana. Esta expansión internacional le otorgó a Vargas una reputación de magnate bancario con una visión global.

LA FILIAL EN PANAMÁ: ALLBANK

En Panamá, el Grupo B.O.D. operaba a través de AllBank Corp., una entidad que jugaba un rol crucial en la estrategia internacional de expansión de Vargas. AllBank se enfocaba en atraer clientes internacionales, ofreciendo servicios bancarios y financieros diversificados. La sede panameña se destacaba por su aparente solidez y por la confianza que inspiraba entre sus clientes.

Sin embargo, al igual que otras entidades del grupo, AllBank no fue inmune a los problemas financieros que comenzaron a surgir dentro del imperio de Vargas.

LA CAÍDA DEL IMPERIO

La crisis comenzó a manifestarse públicamente en 2019, cuando el regulador bancario de Curazao ordenó la intervención del Banco del Orinoco NV, propiedad del B.O.D. Las autoridades alegaron irregularidades financieras y problemas de solvencia, lo que desencadenó una serie de acciones similares en otros países donde el grupo operaba.

En Panamá, la Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP) tomó medidas drásticas. En septiembre de 2019, la SBP ordenó la suspensión de operaciones de AllBank Corp. debido a preocupaciones sobre la solvencia y la gestión del banco. Esta intervención fue un golpe significativo para el Grupo B.O.D., reflejando la profundidad de los problemas que enfrentaba el conglomerado.

ACUSACIONES DE ESTAFA

La caída del Grupo B.O.D. no solo ha sido una cuestión de intervención regulatoria, sino también de graves acusaciones de fraude. Se han reportado múltiples denuncias de estafa y malversación de fondos, tanto por parte de depositantes como de antiguos empleados del banco. Los clientes han alegado la pérdida de sus ahorros y dificultades para acceder a sus fondos, lo que ha generado una ola de demandas y quejas.

Además, investigaciones periodísticas y judiciales han señalado prácticas irregulares dentro del grupo, incluyendo la transferencia ilícita de fondos y la falsificación de documentos financieros. Estas acusaciones han minado aún más la confianza pública en el Grupo B.O.D. y en la figura de Víctor Vargas.

CONSECUENCIAS Y REPERCUSIONES 

La caída del Grupo B.O.D. ha tenido amplias repercusiones en el sector financiero.

En Panamá, la intervención y eventual liquidación de AllBank significó una pérdida significativa para los depositantes y una señal de alarma para el sistema bancario panameño. Las autoridades financieras han tenido que reforzar sus mecanismos de supervisión y control para evitar que situaciones similares se repitan.

Víctor Vargas y su yerno Luis Alfonso, han mantenido un perfil bajo, evitando apariciones públicas y declaraciones oficiales. Eso sí, su nivel de vida y lujos no se ha visto mermado en ningún momento y continúa con su vida habitual de manera menos pública. Su reputación, sin embargo, ha quedado gravemente dañada, y el futuro de sus empresas es incierto en medio de procesos legales y financieros en curso.

El gran problema reside en los miles de inversores que confiaron en los diferentes bancos del Grupo y ahora han visto desaparecer sus fondos. Hay acciones puestas en marcha desde diferentes colectivos y, en este momento, las investigaciones del destino del dinero “desaparecido” se dirigen hacía cuentas en Suiza.

SITUACIÓN ANÓMALA

Si lo hasta aquí expuesto era un histórico de lo acaecido en el banco, lo que levanta sospechas de fraude es la negativa a colaborar en la declaración de quién es el custodio de los títulos (valores) depositados en el banco panameño. No olvidemos que los títulos nunca forman parte de la masa patrimonial del banco, por lo que no entran en la masa patrimonial de la quiebra, ya que lo único que hace la entidad es intermediar en la compra y custodiarlos.

A pesar de que muchos propietarios tienen los extractos del Banco donde figuran la compra de determinadas acciones en el Nasdaq, los títulos originales o bien los tiene el banco o los deposita en un custodio.

La realidad es que, al día de hoy, se desconoce quién es el custodio, ni dónde se encuentran esos títulos. Si no cumple su obligación de custodia o no aparecen, las preguntas son obvias: a) ¿Han utilizado el dinero para otros fines y no han ejecutado la orden de compra en su momento, falsificando los extractos con las posiciones? b) ¿Los han comprado bajo una cuenta ómnibus a nombre del banco, sin permiso del inversor? c) ¿Los tienen bajo su control y no quieren colaborar? Cualquiera de estas acciones son fraudulentas.

REFLEXIÓN FINAL

La experiencia de AllBank en Panamá subraya la necesidad de una supervisión rigurosa y una gestión prudente para mantener la estabilidad y confianza en los mercados financieros.

Por otro lado, indigna el hecho de que personas como Vargas o su yerno Luis Alfonso de Borbón, sean las cabezas visibles de una trama presuntamente fraudulenta y que no respondan a los requerimientos de la autoridad panameña y a los inversores, mientras mantienen su lujosa vida ajenos al problema causado a miles de inversores.

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Jesús González Mateos, periodista español, es el Presidente de EditoRed.

Este artículo se publicó en La Prensa, de Panamá.

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