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GOBIERNOS EUROPEOS ENDURECEN SU DISCURSO FRENTE A LA INMIGRACIÓN​

GOBIERNOS EUROPEOS ENDURECEN SU DISCURSO FRENTE A LA INMIGRACIÓN

Mientras el gobierno español busca en África medidas alternativas para frenar la llegada de cayucos a España, -y promueve un plan de migración segura, regularizada y ordenada-, países como Alemania, Italia, Dinamarca y Portugal han endurecido sus posturas frente a los inmigrantes. Foto: Comisión Europea.

Por Milena Sarralde Duque /  Aquí Europa

En medio de la crisis migratoria que afronta España, y los retos que en términos generales este fenómeno supone para varios países de la Unión Europea, la migración ha vuelto a quedar en el centro del debate de los partidos y gobiernos de la región.  

Parte del debate ha sido movido por la gira del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, en tres países de África, con el fin de buscar soluciones bilaterales para atender la crisis de migrantes procedentes de este continente, y abrir vías de inmigración legal que puedan frenar la llegada de cayucos a Canarias. 

Hasta el momento, el presidente ha mantenido una postura más humana y positiva frente a la migración, advirtiendo que “no es un problema, sino una necesidad que trae ciertos problemas”, y ha hablado de la importancia de poner en marcha un programa de “migración segura, ordenada y regular”, debido a que para España “la migración es riqueza, desarrollo y prosperidad”. 

Aunque Sánchez ha defendido los beneficios de una migración ordenada, también dijo en Senegal que la seguridad es una prioridad, y manifestó la necesidad de que los países de origen acepten la repatriación de quienes llegan irregularmente a España. 

La posición de Sánchez contrasta con las de otros gobiernos de la región -incluso de la misma corriente socialista-, que han venido endureciendo su discurso. 

Por ejemplo en Alemania, tras el ataque en un festival en Solingen, cometido presuntamente por un extremista procedente de Siria que tenía una orden de expulsión del país, y que con un cuchillo dejó tres personas muertas y 8 heridos de gravedad, se volvieron a encender las posturas más radicales sobre la inmigración. 

Precisamente el atentado ha llevado al canciller alemán, el socialista Olaf Scholz, a exponer una postura más dura frente a la migración, coincidiendo con el crecimiento en Alemania de discursos conservadores y de ultraderecha que exigen medidas restricdtivas contra los migrantes. 

Golpeado en las elecciones al Parlamento Europeo de junio pasado en las que se impuso la ultraderecha, y expectante por las elecciones regionales que se avecinan en su país en Sajonia y Turingia, el canciller Scholz dijo que se apoyará en la oposición para agilizar las deportaciones y reducir la inmigración irregular. 

Aunque Alemania ha reducido los ingresos irregulares en un 20 por ciento, y según el gobierno, ha incrementado las deportaciones en un 60 por ciento, Scholz considera que esto no es suficiente por lo que tomará nuevas medidas. 

Y es que partidos como el de ultraderecha Alternativa por Alemania, -ganador en las pasadas elecciones europeas-, han exigido que no se acepte a refugiados de Siria ni de Afganistán -una medida que choca con leyes internacionales y la Constitución alemana-, y la posibilidad de deportar a solicitantes de asilo rechazados. 

A esto se suma que este miércoles Scholz y el primer ministro británico, Keir Starmer, anunciaron que comenzarán a trabajar en un plan bilateral para luchar contra la migración irregular y las mafias detrás del tráfico de personas. 

Todo esto a través de tratados en materia de defensa, seguridad y cooperación policial contra las bandas de traficantes de personas, como el que Reino Unido ya tiene con Francia. 

Mientras tanto, la ultraderecha en Europa afianza su postura contra la migración. Lo hizo la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien destacó que en los primeros siete meses del año, Italia ha reducido en un 62% la llegada de inmigrantes irregulares a su país, comprometiendo para ello un presupuesto de 5.500 millones de euros. 

Meloni también ha prometido mantener las deportaciones, con un plan para enviar a centros en Albania a los inmigrantes rescatados en las costas italianas, infraestructura que todavía no está operativa. 

A estas políticas se suman las de Dinamarca, que ha hecho más difíciles las condiciones para solicitar asilo, impulsando al deportación de inmigrantes irregulares o reduciendo el tiempo de protección de los refugiados. 

Otro país que ha endurecido su política migratoria es Portugal, que hasta ahora había sido uno de los países comunitarios más receptivos a los inmigrantes.  En junio, el primer ministro Luís Montenegro dio un giro a la anterior política del socialista António Costa, haciendo más restrictiva la norma para regularizar a los inmigrantes. 

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Este artículo fue publicado originalmente en Aquí Europa, con cuya autorización reproducimos aquí. 

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