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ECUADOR ATERRORIZADO POR LAS BANDAS; LOS BANDIDOS MATARON A TIROS AL FISCAL QUE INTERROGABA A SUS COMPAÑEROS​

Dos personas fueron detenidas por el crimen del fiscal César Suárez, ocurrido la tarde del miércoles 17 de enero en una avenida de Guayaquil. / Fuente: Fiscalía General del Ecuador

ECUADOR ATERRORIZADO POR LAS BANDAS; LOS BANDIDOS MATARON A TIROS AL FISCAL QUE INTERROGABA A SUS COMPAÑEROS

Por Maciej Stasiński

El fiscal César Suárez fue asesinado a plena luz del día cuando se dirigía al tribunal. El gobierno ha emprendido una guerra contra las bandas, pero hasta ahora no está ganando.

Sólo ha pasado una semana desde que Ecuador decretó el estado de excepción y la guerra contra las todopoderosas bandas, y ya está claro lo difícil que será ganar.

El miércoles 17 de enero, matones de una de las decenas de bandas que operan en el país alcanzaron en la calle en Guayaquil al fiscal César Suárez, que se dirigía en coche al tribunal, y le dispararon a plena luz del día en un cruce.

Suárez era uno de los principales investigadores que seguían la pista de los intereses mafiosos y corruptos de las bandas que en los últimos años han conseguido tejer una red en torno a la ciudad, la policía, los ministerios y muchas otras instituciones. Fue él quien interrogó a los 13 matones que, el martes 9 de enero, ocuparon durante varias horas un estudio de televisión de Guayaquil, aterrorizaron al personal y difundieron por todo el país peticiones para que el Gobierno dejara de perseguirlos.

Los delincuentes capturados lograron explicar al fiscal cómo habían conseguido ocupar el canal de televisión, pero éste no pudo enviar órdenes de prisión para los cabecillas que habían ordenado el ataque.

ECUADOR IMPUSO EL ESTADO DE EXCEPCIÓN

El estudio de TV fue finalmente liberado por los militares, los bandidos fueron detenidos y el presidente Daniel Noboa declaró el estado de excepción y anunció la represión del terror de las bandas.

Durante una semana, la policía y el ejército patrullaron las ciudades y prisiones desde donde las bandas han dirigido libremente su imperio de violencia y anarquía en los últimos años, manteniendo como rehenes a varios cientos de funcionarios de prisiones y de policía.

El gobierno afirma que ya hay resultados. Se han llevado a cabo 55 operaciones de combate contra las bandas, se ha detenido a casi 2.000 bandidos, cinco de ellos muertos, y se ha liberado a 32 rehenes. Dos agentes de policía murieron durante estas operaciones, y algunas prisiones que eran prácticamente cuarteles y sedes de las bandas habrían sido “recapturadas”.

Sin embargo, como demuestra el asesinato del fiscal Suárez, la batalla dista mucho de estar resuelta. Guayaquil y otras ciudades vuelven lentamente a la vida desde que las calles son patrulladas por militares armados hasta los dientes, pero las morgues de muchas ciudades están llenas de cadáveres de ejecutados y decapitados, las familias no dan abasto para enterrar los cuerpos.

CADA VEZ MÁS BANDAS Y ASESINATOS

En los últimos años, la tasa de asesinatos por cada 100.000 habitantes ha superado en Ecuador las estadísticas más altas de México, Venezuela o Colombia.

Hasta ahora, decenas de bandas han operado prácticamente con impunidad, ya que los matones tienen en nómina a alcaldes, comisarios de policía, fiscales y jueces, y sus cabecillas dirigen la red desde las seguras cárceles donde sus hombres cumplían formalmente sus condenas.

Recientemente, el terror aumentó cuando uno de los principales bandidos, Adolfo Macías “Fito”, se cansó de estar entre rejas. Lleva quince días huido.

El presidente Daniel Noboa ha nombrado a 22 bandas, a las que ha calificado de “terroristas”.

LOS RECORTES PRESUPUESTARIOS HAN CONVERTIDO LAS CÁRCELES EN CUARTELES DE BANDIDOS

Durante mucho tiempo, las bandas de Ecuador fueron pequeñas y poco numerosas en comparación con las de Colombia, Perú o México, donde las organizaciones criminales, principalmente de narcos, han sido durante décadas como Estados criminales que acaparan la industria de la droga, se aprovechan de la economía legal y aterrorizan a las autoridades locales.

Durante varios años bajo la presidencia de Rafael Correa (2007-17), bandas como los Latin Kings o Los Ñetas fueron simultáneamente combatidas por la policía y pacificadas “en especie”, es decir, animadas a integrarse en la sociedad. Se las legalizó como grupos juveniles y se dio a sus miembros la posibilidad de estudiar y trabajar. El resultado fue un drástico descenso de los homicidios (de 18 por 100.000 habitantes al año en 2008 a 5,6 nueve años después), y algunos de sus cabecillas llegaron incluso a ser diputados.

Esta política se vino abajo con los gobiernos siguientes, como consecuencia de la austeridad y de una subestimación de la amenaza que suponían los bandidos, que no desaparecieron de la noche a la mañana.

Al mismo tiempo, el número de reclusos se cuadruplicó, y en los años siguientes los recortes presupuestarios convirtieron las prisiones en cuarteles y cuarteles de bandidos.

LA COCAÍNA FLUYE AHORA POR ECUADOR

Pero el verdadero desastre llegó cuando los cárteles colombianos y mexicanos eligieron Ecuador como su nuevo canal de tráfico de cocaína. Invirtieron millones de dólares en ampliar la producción y el contrabando desde zonas inaccesibles del Amazonas, equiparon a los colaboradores locales con armas modernas y el bandidaje se disparó.

Las bandas se han apoderado del comercio desde los puertos del Pacífico, han capturado las aduanas y controlan los grandes mercados y mayoristas. Les sobran coches y armas de fuego rápido, compran funcionarios y castigan sin piedad a los reacios.

Ecuador es hoy uno de los principales exportadores de cocaína a Estados Unidos y Europa.

En 2019 comenzaron las rebeliones y las tomas de las cárceles por parte de los bandidos. En cuatro años, 500 presos murieron en peleas con la policía penitenciaria y antidrogas.

En 2021, 70 reclusos murieron durante un motín en una prisión, mientras que en otra 100 fueron descuartizados con machetes (algunos fueron decapitados y arrojados a las letrinas).

En 2022, la tasa de homicidios del país había subido a 25,6 por cada 100.000 habitantes, y en 2023 a 45. Ecuador se había convertido en un país gobernado a medias por matones todopoderosos.

El nuevo presidente Daniel Noboa, que ganó las elecciones el pasado noviembre, heredó de sus predecesores un Estado de bandidos en plena ebullición.

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Maciej Strasiński, periodista polaco, es editor Internacional del diario Gazeta Wyborcza y miembro de EditoRed.

Este artículo se publicó originalmente en polaco en el diario Gazeta Wyborcza, con cuya autorización reproducimos aquí.

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